luchar por salvar a la familia. «La familia es la célula básica de la
sociedad», es la «Iglesia doméstica», es el fundamento sobre el
cual se establece toda la sociedad. El
futuro de nuestros niños, adolescentes, sociedad y el mundo entero depende del
futuro de la familia.
La historia ha demostrado, que cuando la
familia se encuentra bajo ataque y se empieza a desbaratar, el conjunto de la
sociedad se derrumba igual cae una casa inestable en un terremoto. El estudio de la civilización griega y la
civilización romana comprueba este suceso;
se ve que cuando la familia se encuentra en crisis, ¡en seguida la
sociedad entra en crisis y la civilización se derrumba!
familia podemos luchar valientemente por el futuro del mundo? He aquí algunas sugerencias claras y
prácticas. Algunos de los puntos podrían
parecer muy obvios, pero con esta ola de paganismo, materialismo y hedonismo
que enfrentamos, ¡lo que parece ser obvio no siempre lo es!
familia tradicional — La familia la integran, el hombre y la mujer, cuando
se unen en el amor de Dios y en amor mutuo, en un vínculo mutuo y permanente
que es el sacramento del matrimonio, hasta que la muerte los separe. La unión entre dos personas del mismo sexo
nunca ha sido un matrimonio o familia y nunca lo será ante los ojos de
Dios. El libro de Génesis claramente
dice, que el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y lo
que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
Dios creó a «Adán y Eva» y no «¡Adán y Estevan!»
2. Los
Hijos — Uno de los objetivos
principales del matrimonio es aceptar con voluntad y generosidad el don de
Dios, los hijos. Que sublime y
hermosa es la palabra procreación — significa que ambos hombre y mujer
colaboran y cooperan con Dios, en la creación de una nueva persona humana,
quien vivirá en el tiempo y por toda la eternidad. El hombre y mujer aportan la materia física,
y Dios infunde en el bebé, desde el momento de la concepción, lo espiritual (el
alma). ¿Qué empresa tan noble y tan sublime es la de ser padre y madre — ambos
colaboran y un día esa persona se reunirá con Dios en el cielo por toda la
eternidad.
3. El
Sacramento del Matrimonio — Una de las muchas plagas y epidemias
espirituales que se esparce en el mundo moderno, es la triste realidad que las
parejas viven juntas. Los nombres y las
razones para este fenómeno son muchos.
Los Nombres:
«Cohabitación», «Matrimonio a prueba», «Vivir
juntos», «Union Libre» y »Amasiato». ¿La razón? Claro, ¡la razón no viene de Dios sino del
enemigo! El enemigo arroja sus mentiras
enveneno y causando daño. Las razones
son estas: «¡Tenemos que probar si
somos compatibles!», «¡No queremos cometer un grave error!»,
«Somos felices como estamos y conocemos muchas parejas que una vez que
casados, se separaron!» Y en todo
esto, ellos viven juntos en estos efectos tóxicos: Al vivir en pecado mortal, se apartan de la
vida sacramental, no pueden acudir a la confesión ni recibir la Sagrada
Comunión. Si tienen hijos, están dando
escándalo a sus hijos (el mal ejemplo, el «Premio piedra de
molino»). Finalmente, viven en un
estado de permanente fornicación, formando una esclavitud al pecado que les
ciega y nos les deja ver a Dios, el ruido del pecado les aturde forma
espiritual a tal grado que no escuchan ya la voz de Dios y el pecado les
esclaviza. Lo peor de todo esto, si
mueren en este estado, impenitentes de pecado mortal, ¡podrían perder sus almas
por toda la eternidad! Nada bueno sale
del pecado. ¡Del árbol malo, solo sale
fruto podrido y agusanado!
matrimonio cristocéntrico y no egocéntrico — El venerable arzobispo Fulton
J. Sheen, acuñó una frase sobre este tema del matrimonio, el dice: »Tres para casarse». ¿Quiénes son estos tres? El marido, la esposa y entre los tres el más
importante, ¡Jesús! Jesús es el
«super-adhesivo» el »pegamento» que mantiene unida a la pareja y la
familia. Cuando oficio una boda, en mi
homilía pregunto a los futuros esposos, »Que es lo mejor que ambos pueden
hacer el uno por el otro???» Tomados
completamente por sorpresa, no saben que decir. A lo cual, de forma clara y concisa, ¡yo les
doy la respuesta! Lo mejor que Juan
puede hacer por María es enamorarse con Jesús cada día! Y lo mejor que María puede hacer por Juan es
también enamorarse cada día con Jesús!
Si ambos, esposo y esposa se deciden diariamente crecer en su amor por
Jesús, ¡entonces naturalmente también se enamorarán mutuamente y serán capaces
de impartir un amor noble y puro a los hijos que Dios les ha dado! En otras palabras: ¡Los matrimonios fracasan porque no son
cristocéntricos sino egocéntricos!»
permanente — En la ceremonia
matrimonial, la pareja solemnemente promete fidelidad con las siguientes
palabras: «Prometo serte fiel, en lo próspero y lo adverso, en la salud y
en la enfermedad, en las alegrías y las penas, hasta que la muerte nos
separe». Esta promesa – hecha ante
el pueblo de Dios, ante el sacerdote quien representa a Cristo y ante la
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que presencian cada palabra,
cada acción y hasta las intenciones más secretas del corazón, ¡es algo
serio! La palabra «separación»
o «divorcio» nunca debe pasar por la mente o peor aun, formar parte
de su vocabulario! La palabra
«permanente» no significa parcial o temporal, ¡sino para siempre,
hasta que la muerte los separe! En un
mundo donde — las palabras no valen y son baratas, hay promesas incumplidas,
los compromisos se toman con un grano de sal — más del 60% de los matrimonios
terminan en divorcio. Debemos luchar con más vigor y firmeza por la
estabilidad, la indisolubilidad y la permanencia del matrimonio.
con sus oraciones, ejemplo y testimonio de vida nos ayuden a vivir el
compromiso matrimonial hecho en el día del santo matrimonio. El futuro de nuestros hijos, nuestros
adolescentes, nuestro país, la sociedad y el mundo en general depende del
futuro de la familia. ¡Que Dios nos
ayude!
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