Miércoles de la I semana de Cuaresma
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
MIÉRCOLES, 9 de marzo Lc. 11,29-32 Verso antes del Evangelio: «También ahora, dice el Señor, vuelve a mí con todo tu corazón, porque soy clemente y misericordioso».
LA MISERICORDIA: ¡EL REGALO DE JESÚS PARA TI AHORA MISMO! Por el P. Ed Broom, OMV
Jesús vino a salvar a los pecadores. El nombre JESÚS significa SALVADOR. El propósito principal de la Encarnación y del Misterio Pascual -la Pasión, el sufrimiento, la muerte y la Resurrección de Jesús, el Señor- fue salvarnos de la perdición eterna y llevarnos al cielo. Por la realización del Misterio Pascual de Jesús, las puertas del cielo se abrieron de par en par, y ahora todos nosotros tenemos acceso a la unión con la Santísima Trinidad para siempre. Todos podemos salvarnos si éste es el deseo y el anhelo más ardiente de nuestro corazón.
EL REQUISITO ÚNICO E INCONDICIONAL PARA LA SALVACIÓN Aunque parezca cierto y fácil, la salvación depende principalmente de una condición -la disposición primaria, indispensable e inmutable de nuestro corazón-, que es confiar plena y totalmente en la MISERICORDIA que Jesús nos ofrece en todo tiempo, en todo lugar, en toda cultura y a cada persona.
EJEMPLO. Si quieres, imagina esta escena. Un hombre rico tiene un huerto en el que hay deliciosas frutas de todo tipo, tamaño y forma. Este hombre rico resulta ser tu amigo. Un día te dice: «Escucha, en cualquier momento del día eres libre de ir al huerto y coger y comer cualquiera de las frutas que tu corazón desee. La única condición es que tienes que proporcionar tu propio medio de transporte para llegar al huerto. Entonces, ¡recoge y come a gusto de tu corazón!». Dios tiene un HUERTO y ese es el Sagrado Corazón de su Hijo Jesús. Él invita a todos a visitar el Sagrado Corazón de Jesús y a comer y beber de él en abundancia. ¡¡¡La comida y la bebida de Su Corazón es Su MISERICORDIA!!!
CONFESIÓN Y MISERICORDIA. Al leer y reflexionar sobre este mensaje, la siguiente pregunta que podría surgir en tu mente podría ser la siguiente: Si este es el caso, ¿cómo puedo llegar a este huerto donde puedo alcanzar este precioso y gratuito fruto? La respuesta es sorprendentemente sencilla: ¡¡¡EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN!!! Jesús, presente en el sacerdote ordenado, nos espera a todos en el confesionario. Cuando recibimos el sacramento de la confesión y recibimos la absolución -es decir, el perdón de nuestros pecados- no es tanto el sacerdote el que perdona nuestros pecados, sino que es Jesús el que verdaderamente perdona. El sacerdote es el mero instrumento y Jesús, Hijo de Dios vivo, es el que perdona.
EL DON DE LA MISERICORDIA INFINITA DE DIOS Y LA PROMESA DE LA MISERICORDIA EL DOMINGO. Ahora es el momento de una manera muy especial que queremos aprovechar la Misericordia Infinita del Sagrado Corazón de Jesús. El domingo siguiente a la Pascua es el DOMINGO DE LA MISERICORDIA. San Juan Pablo II admitió que el Domingo de la Misericordia del año 2000 fue el día más feliz de su vida por dos razones concretas: 1) La primera razón fue que el santo pontífice proclamó que ese día se celebrara solemnemente como DOMINGO DE LA MISERICORDIA, en realidad el momento culminante de la Pascua, la Octava de Pascua. 2) Ese mismo día San Juan Pablo II canonizó a SANTA FAUSTINA KOWALSKA -conocida como la Secretaria de la Divina Misericordia-. Con estos dos actos pontificios, San Juan Pablo II se llenó de una inmensa y desbordante alegría. Por cierto, Santa Faustina fue la primera santa canonizada en el nuevo milenio.
CONTENIDO DE LA PROMESA DE LA MISERICORDIA DIVINA. Al hacer una Confesión bien preparada y sincera en el Tiempo de Cuaresma, y luego participar en el Santo Sacrificio de la Misa en el Domingo de la Divina Misericordia, y por supuesto el elemento más importante de la Misa, recibir la Sagrada Comunión con fervor, entonces se recibe el gran regalo o promesa. Esto significa que después de haber recibido la Santa Comunión -el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús, nuestro Salvador Misericordioso- tu alma se vuelve absolutamente pura, blanca como la nieve, inocente como una paloma, brillante y resplandeciente como el sol del mediodía, preciosa como el más valioso de todos los diamantes. Otra forma de expresarlo: es como si fueras bautizado por segunda vez. ¿Qué sucede en el Sacramento del Bautismo para los adultos? Lava todos sus pecados y todas las penas temporales que les corresponden. Esto significa que si usted muriera en ese momento después de recibir la Sagrada Comunión en el Domingo de la Divina Misericordia, no tendría que pasar ni un instante en el Purgatorio, sino que volaría como un águila al Cielo para estar con la Santísima Trinidad, con María y con los ángeles y los santos por toda la eternidad.
APROVECHA EL MOMENTO. Siendo así, ¿por qué no aprovechar la Misericordia Infinita que Jesús, a través de su Cuerpo Místico la Iglesia, te ofrece ahora mismo? Recuerda la analogía del hombre rico y el huerto. Dios es el hombre rico que es infinitamente rico; el huerto y los abundantes frutos simbolizan su Misericordia, que es la mayor de todas sus virtudes. A ti te corresponde hacer el esfuerzo de confesarte y confesar honesta y sinceramente tus pecados al sacerdote que representa a Jesús. Esto da como resultado el perdón, y luego en el Domingo de la Misericordia, el perdón total de tus pecados y el castigo temporal debido por tus pecados.
ALABEMOS LA MISERICORDIA DE DIOS. Con el salmista alabemos con todo nuestro corazón, mente y alma a Dios y su infinita misericordia: DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO Y SU MISERICORDIA ES ETERNA. (Salmo 107:7)