Sábado de la VII semana del Tiempo ordinario
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
SÁBADO 26 DE FEBRERO Mc 10,13-16 «Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el Reino de Dios es de los que se acercan».
Nos recuerda la Bienaventuranza: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». En este Día de María, pidamos a Nuestra Madre la gracia de crecer en pureza de corazón, de mente, de cuerpo, de alma, de deseo y de intención.
MARIA Y LA BATALLA POR LA PUREZA Por el P. Ed Broom, OMV
Nuestra vida en la tierra es una batalla constante. Los escritores espirituales afirman que tenemos que defendernos de tres enemigos constantes: el diablo, la carne y el mundo. La batalla es implacable y sólo termina cuando nuestra vida llega a su fin.
Ahora, más que nunca, las tentaciones arremeten contra la virtud de la castidad, o si se quiere, contra la virtud de la pureza. En un lenguaje claro, cierto e inequívoco, Jesús quiere que vivamos esta virtud tan desafiante, tomada del Sermón de la Montaña, una de las ocho Bienaventuranzas: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt. 5:8) En otras palabras, para que podamos ver a Dios por la fe en esta vida, debemos tener una visión interior pura. La recompensa final será contemplar a Dios para siempre en el cielo a través de la Visión Beatífica. Sin embargo, la pureza es una de las condiciones principales y primarias.
INNUMERABLES TENTACIONES CONTRA LA PUREZA AHORA MÁS QUE NUNCA. La televisión, el cine, los carteles y las vallas publicitarias, la vestimenta y el lenguaje inmodestos, el uso y el abuso de Internet a través del teléfono, el ordenador, la tableta, etc., así como ciertas plataformas y programas políticos: ¡todo lo anterior y muchos más militan ferozmente contra la virtud de la pureza!
PALABRAS DE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA EN 1917 Nuestra Señora de Fátima reveló una poderosa y gráfica visión del infierno el 13 de julio de 1917 a tres niños pastores a los que se les apareció. Con profunda tristeza, Nuestra Señora afirmó que la mayoría de las almas que van al infierno y pierden a Dios para toda la eternidad, lo hacen por pecados contra la virtud de la pureza. Han pasado más de 100 años y el mundo ofrece ahora aún más y peores tentaciones contra esta virtud tan importante. Debemos reflexionar sobre las palabras de María y pedir constantemente la gracia de vivir esa bienaventuranza tan especial ya mencionada: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt. 5,8)
UNA HISTORIA DE LA VIDA DE UN SANTO Antonio María Claret, un joven destinado a grandes cosas en la Viña del Señor, fue puesto a prueba. Ya en sus primeros años, Antonio tenía una ferviente vida de oración, un profundo conocimiento de Dios y una clara convicción sobre la importancia de luchar por la santidad y la vida eterna. Sin embargo, Dios permitió que el joven Antonio fuera probado. En una ocasión, atacado por la enfermedad y confinado en la cama, Antonio fue atacado feroz e insistentemente por pensamientos impuros. Siendo un verdadero soldado de Jesús y María, rezó. A pesar de sus oraciones, las tentaciones no desaparecieron, sino que parecieron invadirlo y atacarlo con mayor violencia.
EL GRITO DE GUERRA Y LA VICTORIA. Parecía que todo el infierno se había desatado contra este joven. Cuando la batalla era más feroz, Antonio rezaba con mayor fervor a la Santísima Virgen María para que le ayudara en este imperioso asalto. La purísima Virgen y Reina del Cielo y de la Tierra acudió en su ayuda, pero no sin una última avalancha de ataques. Mientras Antonio estaba en la cama, abrió los ojos sólo para contemplar un ejército de enemigos: espíritus malignos, demonios que lo rodeaban. Querían obtener la victoria y tentaron ferozmente a Antonio para que cediera al pecado. Antonio Claret empuñó y blandió su arma espiritual y luchó hasta el final. ¿Cuál fue el arma espiritual que utilizó para la victoria? Fue invocar fervientemente la ayuda de la Santísima Virgen María.
NUESTRA SEÑORA VIENE AL RESCATE. Cuando parecía que la batalla estaba perdida, la purísima Virgen María se le apareció a Antonio. Los numerosos espíritus malignos, los espíritus de la impureza, aterrorizados ante la presencia de la Virgen María, huyeron. Los demonios fueron vencidos por la intercesión de la poderosísima Virgen María.
DON DE LA CASTIDAD. Vencidos el enemigo, el diablo y sus secuaces, Antonio recibió la gracia muy especial de la castidad perfecta. Luego sería ordenado sacerdote, obispo, fundador de los claretianos que se dedican a difundir la devoción al Inmaculado Corazón de María, escritor prolífico, predicador elocuente y poderoso, misionero incansable en España e incluso en Cuba, y finalmente un gran santo, que ahora alaba a Dios para siempre en el cielo por intercesión y presencia de la purísima y santa Virgen María.
PROTOEVANGELIO. Después de la caída de nuestros primeros padres, Adán y Eva, Dios hizo una promesa, una promesa de Buena Noticia: el PROTOEVANGELIO. «Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la suya; él te golpeará la cabeza, mientras tú le golpeas el talón». (Gen. 3:15) Esta es la batalla constante y mortal entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas, el diablo con sus ángeles caídos y Dios con su poderoso ejército. En este ejército de Dios, la Santísima Virgen María ha sido elegida como uno de los principales aliados, amigos y soldados espirituales del Señor. En Guadalajara, México, Nuestra Señora se titula La Generala del Ejército, es decir, la Generala y Jefa del ejército. Nosotros somos soldados en esta batalla, y tenemos de nuestro lado a María, la Generala y Jefa del ejército, y a Jesús, el Rey del Universo.
¿QUE PASA CON NOSOTROS? ¿CÓMO SE APLICA ESTO A NOSOTROS AHORA? La respuesta a esta pregunta es muy sencilla. Con mucha paz, confianza y serenidad debemos aceptar que estamos en una batalla mortal contra el diablo, la carne y el mundo. La vida es una batalla constante. Tendremos tentaciones frecuentes y a veces poderosas. El diablo nunca se va de vacaciones. San Pedro compara al diablo con un león feroz y rugiente que busca devorar a quien pueda. Por eso, siendo soldados de Jesús y María debemos saber qué hacer cuando los ataques descienden sobre nosotros. Debemos encomendarnos a la Santísima Virgen María y poner todo lo que tenemos y todo lo que somos en sus manos y en su Corazón Inmaculado. ¡¡¡Esto también significa que le entregamos a María nuestras tentaciones de todo tipo!!!
¿TENTADO? VUÉLVETE A MARÍA. Cuando te asalten las tentaciones, especialmente contra la santa virtud de la pureza, eleva tu mente, tu corazón y tu alma a la Santísima Virgen María; ¡encomiéndate a ti mismo y a tus tentaciones a María!
EL SALUDO A MARÍA. Reza con fervor la oración que más le gusta a María: el Ave María, la salutación angélica. María, purísima y santísima, acudirá en tu ayuda y vencerá al enemigo, como en el caso de San Antonio María Claret y de otros innumerables santos que fueron puestos a prueba. Todos somos muy débiles, pero Jesús y María son todopoderosos. No confiemos en nuestros propios recursos y fuerzas, sino en la poderosísima intercesión de María, que es verdaderamente la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia y nuestra Madre pura, tierna y amorosa.