«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
SÁBADO 8 DE ENERO Jn. 3, 22-30 «Es necesario que él crezca y yo disminuya».
Juan el Bautista era el heraldo del Mesías: «¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! Este es aquel de quien dije: «Después de mí viene un hombre que es antes de mi, porque era primero que yo». (Jn 1,29-30)
El sábado es el día reservado por la Iglesia para honrar a María, la primera en proclamar la grandeza de Jesús, Nuestro Señor y Salvador, y su humildad:
«Mi alma engrandece al Señor, y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque se ha fijado en la bajeza de su sierva. Porque desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque el que es poderoso ha hecho grandes cosas por mí, y su nombre es santo.» (Lc 1,47-49)
Que honremos y amemos siempre a María, la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia y nuestra querida Madre. Sin el SÍ de María no tendríamos un Mesías y las puertas del cielo permanecerían cerradas para nosotros para siempre.
Hoy el P. Ed señala la importancia y la presencia de María en el Año Litúrgico de la Iglesia. ¡Que no perdamos ninguna oportunidad de honrar y alegrarnos de la Presencia de María en nuestras vidas!
LA PRESENCIA DE MARÍA EN EL AÑO LITÚRGICO por el P. Ed Broom, OMV
(Papa San Pablo VI y Marialus Cultus)
Murillo, Inmaculada Concepción, 1678
Como seminarista que estudiaba en Roma, los postulantes formaron un grupo que atraía mucho mis intereses: un grupo para conocer y amar a María, la Madre de Dios. El líder del grupo decidió que, para amar mejor a María, teníamos que conocerla mejor.
Fue nuestra decisión leer un breve pero excelente escrito eclesial del Papa San Pablo VI sobre María con el título Marialus Cultus-que significa: el Culto de la Virgen María. Por lo tanto, todos planeamos leer el documento y luego reunirnos para compartir nuestras ideas sobre este corto pero excelente escrito sobre la Santísima Virgen María. Nos llevó varias sesiones terminar de compartir y discutir el documento. Sin embargo, todos obtuvimos muchos frutos positivos. (Marialis Cultus es una Exhortación Apostólica escrita y publicada por el Papa San Pablo VI el 2 de febrero de 1974).
Dado que me encontraba en las primeras etapas de mi formación para ser ordenado sacerdote, el documento resultó ser una sólida enseñanza eclesial. Sin embargo, de igual importancia, dado que me estaba preparando para ser sacerdote religioso de los Oblatos de la Virgen María, este documento resultó ser de enorme importancia para ayudarme a entender y vivir mi carisma, que es amar a María, vivir una consagración mariana y promover la devoción mariana como catequista, predicador y profesor.
El Concilio Vaticano II colocó a María en un lugar especial en el contexto eclesial general, proclamando a María como LA MADRE DE LA IGLESIA. El Venerable Arzobispo Fulton Sheen, presente en el Concilio, comentó que cuando los Padres Conciliares proclamaron a María como LA MADRE DE LA IGLESIA, ¡hubo una explosión! La mayoría de los Padres del Concilio, que eran obispos, se pusieron de pie y dieron un explosivo aplauso a María bajo el título de MADRE DE LA IGLESIA. Los aplausos no sólo fueron sonoros, sino que casi parecían no tener fin: tal era el amor a María como Madre de la Iglesia.
En esta breve reflexión queremos destacar uno de los temas clave del documento Marialus Cultus del Papa San Pablo VI. El tema a explicar sería descubrir el lugar de María en el Año Litúrgico de la Iglesia, las misas celebradas en su honor. Y, de gran importancia, es que cuando se celebra una misa en honor a María, el punto clave es que María está presente siempre para glorificar y engrandecer al Señor. María nunca busca su honor y su gloria, sino glorificar a Jesús presente en la Iglesia, que es su Cuerpo Místico. Nuestra Señora
proclamó tan elocuentemente en su Cántico de alabanza -el Magnificat- estas palabras «Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador….» (Lc 1,46-47)
Este documento mariano del Papa San Pablo VI afirma que una verdadera devoción mariana debe incluir al menos tres elementos indispensables: cristocéntrico, bíblico y eclesial. Con estas tres palabras se quiere decir que María debe llevarnos siempre a Cristo, que es el centro mismo de nuestra fe. Además, nuestro conocimiento de María debe tener raíces bíblicas, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Por último, una mariología integral debe ser eclesial; María tiene un papel clave en la Iglesia. En efecto, si Jesús es la Cabeza del Cuerpo Místico de la Iglesia y ella es la Madre de la Cabeza, se deduce necesariamente que María es también nuestra Madre porque todos somos parte del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia Católica.
Por lo tanto, quisiéramos destacar la presencia de la Santísima Virgen María en el Cuerpo Místico de Cristo, muy especialmente en el contexto del Ciclo de la Iglesia, el Año de la Iglesia. Una vez más: María nos señala siempre a su Hijo Jesucristo. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Las últimas palabras de María registradas en la Escritura, en el contexto de las Bodas de Caná, fueron: «Haced lo que Él os diga». (Jn 2:5) ¡De hecho, las mejores palabras de consejo del mundo!
LA PRESENCIA DE MARÍA EN EL AÑO LITÚRGICO DE LA IGLESIA…
ADVIENTO. María espera pacientemente el nacimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Está embarazada del Niño y espera con alegría y paciencia mientras lleva al Niño Jesús en su purísimo vientre.
8 DE DICIEMBRE – LA INMACULADA CONCEPCIÓN. En pleno tiempo de Adviento, al acercarse la Navidad, la Iglesia celebra una de las principales fiestas marianas, que es en realidad una solemnidad: la Inmaculada Concepción. Con inmensa alegría, con la Solemnidad de la Inmaculada Concepción la Iglesia profesa que María fue concebida sin la menor mancha de pecado, concebida sin Pecado Original. Además, ¡la Inmaculada Concepción es la patrona de los Estados Unidos!
12 DE DICIEMBRE-NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. No sólo es la Patrona de México, sino que según el Papa San Juan Pablo II es la Patrona de las Américas.
25 DE DICIEMBRE-CHRISTMAS. Jesús nace para nuestra salvación. Por supuesto que nació de la Santísima Virgen María. En efecto, fue María quien dio a Jesús su verdadera naturaleza humana.
1 DE ENERO: En el umbral y el comienzo del nuevo año, la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, celebra el 1 de enero a María, la Madre de Dios. Y de todos los títulos otorgados a María, el de «Madre de Dios» es, con mucho, el más grande.
LA SAGRADA FAMILIA. El domingo después de Navidad. Se presenta a María en su papel esencial y modélico de Madre y Esposa perfecta, y como fuerza de cohesión que une a la Sagrada Familia: Jesús, María y San José.
EPIFANÍA. Los Magos, los Reyes Magos, recorren un largo y difícil camino en busca del Rey recién nacido. Finalmente, siguiendo fielmente la estrella, encuentran a Jesús, el Rey recién nacido en los brazos de María. Una pegatina pegadiza lo expresaba con estas efervescentes palabras ¡LOS REYES MAGOS SIGUEN ENCONTRANDO A JESÚS EN LOS BRAZOS DE MARÍA!
2 DE FEBRERO-PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO. Cuarenta días después del nacimiento de Jesús, la Iglesia celebra lo que a veces se llama la Candelaria, formalmente titulada LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO. El profeta Simeón proclamó a Jesús como LUMEN GENTIUM, la luz de todos los pueblos. Por eso esta fiesta se llama a veces Candelaria porque Jesús es la Luz para todos los pueblos.
11 DE FEBRERO – NUESTRA SEÑORA DE LOURDES. La Virgen se apareció 18 veces a
Santa Bernadette y declaró que ella es «La Inmaculada Concepción». El Papa San Juan Pablo II declaró este día como la Jornada Mundial del Enfermo donde se reza por todos los enfermos del mundo.
19 DE MARZO-SAN JOSÉ: El Esposo de María. Técnicamente no es una solemnidad mariana pero implícitamente lo es porque el buen San José, el Esposo de María, y María tienen un íntimo vínculo de amor como esposos y como padres del Niño Jesús.
25 DE MARZO ANUNCIACIÓN/ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS. Una de las principales solemnidades marianas es la de la Anunciación o Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María. Cronológicamente, contando nueve meses desde esta fecha, ¿qué tenemos? La Navidad, el nacimiento de Jesús. La Anunciación recuerda la Concepción Virginal de Jesús en el seno de María.
PASCUA-APRIL. No siempre, pero normalmente la Pascua cae en el mes de abril. En él celebramos el acontecimiento clave del cristianismo: la resurrección de Jesús de entre los muertos después de tres días en el sepulcro. Según San Ignacio de Loyola y la tradición católica explican que Jesús se apareció por primera vez a su madre María.
MAYO: EL MES DE MARÍA. La piedad y la tradición católica han reservado durante muchos años el mes de mayo para dedicarlo a María. De hecho, ¡Mayo es para María!
13 DE MAYO – NUESTRA SEÑORA DE FATIMA. Este día la Iglesia recuerda la primera de las seis apariciones que Nuestra Señora de Fátima hizo a los tres niños pastores Lucía, Francisco y Jacinta. Su título: Nuestra Señora del Rosario.
31 DE MAYO – LA VISITA DE MARÍA A ELIZABETH. El último día de mayo, la Iglesia nos recuerda que debemos honrar a María recordando su visita a su prima Isabel, ambas mujeres embarazadas. Este es, por supuesto, el segundo Misterio Gozoso.
SÁBADO DESPUÉS DEL SANTÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS: EL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA. Es imposible separar estos dos Corazones. El sábado después de la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús sigue al Corazón Inmaculado de María. El Sacratísimo Corazón de Jesús se formó dentro del Inmaculado Corazón de María: ¡nuestros dos refugios más seguros de reposo!
16 DE JULIO – NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO. En este día recordamos la petición de la Virgen a San Simón Stock, Superior General de los Carmelitas en el siglo XIII, de llevar el Escapulario Marrón como signo de nuestra consagración a Ella. Que todos llevemos con gran orgullo el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen como signo de que pertenecemos a María: estamos en la Escuela de María, estamos en la Familia de María y estamos en el Corazón de María.
15 DE AGOSTO – ASUNCIÓN DE MARÍA AL CIELO. En pleno verano y en pleno mes de agosto, la Iglesia nos recuerda que debemos elevar nuestra mirada a María, que es llevada al cielo en cuerpo y alma. Es la Asunción de María, el último dogma mariano proclamado por el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950.
22 DE AGOSTO – LA REINA DE MARÍA. Una semana después de celebrar la entrada triunfal de María en el Cielo en cuerpo y alma, la Iglesia celebra que María es coronada en el Cielo como Reina del Cielo y de la tierra, Reina de los ángeles y de los santos, y ojalá sea la Reina de nuestros corazones.
8 DE SEPTIEMBRE ¡Feliz cumpleaños María! Así es. Hay un día en el que
celebramos el cumpleaños de Jesús, pero también celebramos el cumpleaños de María. Este día cae nueve meses después de su Inmaculada Concepción: Del 8 de diciembre al 8 de septiembre. ¡Feliz cumpleaños, María!
12 DE SEPTIEMBRE – EL SANTO NOMBRE DE MARÍA. Menos conocido, pero de gran importancia para los Oblatos de la Virgen María, por ser su Fiesta Titular, es EL SANTO NOMBRE DE MARÍA. Los dos Santos Nombres son JESÚS Y MARÍA.
15 DE SEPTIEMBRE – NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES El 14 de septiembre es la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, una mini meditación del Viernes Santo. Necesariamente lo que sigue el 15 es Nuestra Señora de los Dolores-Stabat Mater-María de pie al pie de la cruz.
OCTUBRE-EL MES DEL SANTÍSIMO ROSARIO En 1917, Nuestra Señora de Fátima se apareció a tres niños pastores seis veces, de mayo a octubre. Dijo que era «Nuestra Señora del Rosario». En la primera aparición les dijo a los niños que rezaran el Rosario todos los días. Les enseñó a rezar esta oración después de cada decena, que seguimos rezando hoy: «Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno y conduce a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia». En cada una de las apariciones posteriores, la Virgen les recordaba que debían seguir rezando el Santo Rosario diariamente. La Virgen nos lo pide también a nosotros.
7 DE OCTUBRE. Técnicamente, la Iglesia celebra a la Virgen del Rosario el 7 de octubre. Conmemora la victoria de los cristianos sobre los turcos musulmanes en la famosa batalla de Lepanto. Esta victoria se atribuye a la intercesión de María debido al rezo del Santísimo Rosario que el Papa San Pío V animó a todos a rezar para conseguir dicha victoria.
22 DE NOVIEMBRE – PRESENTACIÓN DEL NIÑO MARÍA EN EL TEMPLO. La Iglesia celebra la tradición de que María, cuando era pequeña, fue presentada en el Templo por sus padres, los santos Ana y Joaquín. En el Templo, ya de niña, María estaba siendo preparada para su misión más excelsa y sublime, la de convertirse en la verdadera Madre de Dios.
Este ensayo, relativamente breve, puede ser de gran utilidad para todos los que amamos tanto a la Iglesia como a María, que es la Madre de la Iglesia; ambas cosas son a menudo intercambiables. Es de esperar que podamos ser más conscientes de estas celebraciones litúrgicas marianas. En verdad, María se regocija cuando nosotros, sus hijos espirituales, no sólo entramos en la Iglesia para visitarla, sino sobre todo, cuando asistimos a la Misa y participamos en el Santo Sacrificio de la Misa plena, activa y conscientemente. De hecho, en México (Guadalupe); Lourdes, Francia; y Fátima, Portugal, Nuestra Señora pidió que se construyera una Iglesia. ¿Por qué? Para que nosotros, que formamos parte del Cuerpo Místico de Cristo, sus miembros, podamos recibir dignamente a Jesús en la Santa Comunión. Cada vez que asistimos a la Misa y recibimos a Jesús con fe, fervor y devoción, esto llena de inmensa alegría el Corazón de María, que es la Madre del Cuerpo Místico de Cristo. Sigamos de cerca a Jesús en el Año Litúrgico, pero también tengamos los ojos atentos y abiertos a la Presencia de María, la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia y nuestra Madre Celestial.