«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
DOMINGO 16 DE ENERO Jn. 2, 1-11 «Su madre dijo a los servidores: «Haced lo que El os diga»».
Para toda nuestra vida, éste es el mejor consejo posible de nuestra Santísima Madre María respecto a su Hijo Jesús: «Haced lo que Él os diga».
Este fue el primer milagro realizado por Jesús, que dijo a su Madre: «Todavía no ha llegado mi hora». Aunque no se pronunciaron palabras, María sabía que Él no rechazaría esta petición de caridad. El Padre Ed abre este pasaje clave de la Escritura con las últimas palabras de María registradas en los Evangelios.
MARÍA Y LA FIESTA DE LA BODA DE CANA por el Padre Ed Broom, OMV
Trata de imaginar ahora que estás en una fiesta de bodas en Caná. Estás presente con Jesús, María y algunos de los Apóstoles.
El ambiente es festivo, alegre y pacífico como puedes imaginar en la mayoría de las bodas. Los novios se aman de verdad y esperan y rezan por lo mejor para su futuro. Los novios conocen a la Virgen, a su Hijo Jesús y a algunos de los amigos de Jesús, los Apóstoles, y podemos imaginar que están allí para compartir la alegría del banquete de bodas.
Luego, en medio de la alegría, hay una crisis en la boda que nos hablará a todos los que hemos asistido a una boda. El vino era un elemento clave de la celebración bodas, pero por alguna razón el se acabó. En efecto, sería muy embarazoso que los amigos y familiares se presentaran a la celebración y que la pareja no pudiera ofrecerles al menos una pequeña copa de vino.
Siendo muy consciente del ambiente, de la celebración, de la situación y de la vergüenza resultante, la Virgen reacciona para ayudar. La Virgen desea la alegría y la felicidad de esta pareja en el día de su boda y tratará de asegurarla. María se dirige a Jesús y le dice que no tienen más vino. Jesús responde diciendo que aún no ha llegado su hora. María y Jesús están unidos en todo momento y circunstancia, en corazón, mente y alma. María se dirige a los camareros y les dice: «Haced lo que Él os diga». Estas fueron las últimas palabras que se registran de María en los Evangelios, en toda la Sagrada Escritura. Podemos decir, sin lugar a dudas, que estas palabras contienen el mejor consejo de todo el mundo. María le decía al mozo, como al mundo entero, que obedeciera a Jesús en todo.
¡Un primer milagro gozoso!
Como resultado de la poderosa intercesión de María, Jesús realiza su primer milagro público en las Bodas de Caná, evitando así una situación muy embarazosa en el día de la boda de esta joven pareja.
Los Apóstoles son testigos de ello y su fe en Jesús crece.
Profundicemos ahora en este misterio del primer milagro público de Jesús, por intercesión de María, y dejemos que Dios hable a nuestros propios corazones, mentes y almas. Pidamos la gracia de conocer a Jesús, amar a Jesús y seguir a Jesús más de cerca a través de la presencia e intercesión de María, la Madre de Dios y nuestra querida Madre. Para ayudar, nos gustaría ofrecer cinco sugerencias para la meditación sobre María, Nuestro Señor, y este milagro en Caná y lo que podemos aprender de este maravilloso episodio en las escrituras.
1. María nos lleva a Jesús.
Aprendemos una lección muy clara en las Bodas de Caná: María nos lleva a Jesús. Nunca hubo nadie en la tierra tan cerca de Jesús como María. Por eso, si quiero acercarme a Jesús, conocerlo mejor, amarlo más ardientemente y seguirlo más de cerca, debo dirigirme a María. Habla con María con mucho amor y confianza, y pídele la gracia de conocer mejor a Jesús. María implora la intercesión de Jesús, y luego dirige a otros a seguir a Nuestro Señor, para que puedan seguir experimentando la alegría.
2. María nos consigue la alegría.
El banquete de bodas fue una ocasión de alegría y María estuvo allí. María quiere que estés alegre en esta vida y siempre alegre en el cielo. La verdadera alegría viene de compartir nuestra vida con Jesús y María. Todas las personas del mundo quieren ser felices, pero muchas no lo son porque buscan la felicidad en los lugares equivocados: a menudo en el pecado, separados de Jesús y María.
3. María nos ayuda a resolver nuestros problemas.
En las Bodas de Caná se produjo un grave problema: se acabó el vino. Fue gracias a la intercesión de María ante Jesús que este problema se resolvió, rápida y fácilmente. Nuestra vida está llena de problemas, desde el principio hasta el final. A menudo, cuando tratamos de resolver nuestros problemas por nuestra cuenta, nuestros problemas empeoran cada vez más. Nuestros problemas se convierten en una bola de nieve o nos enredamos en ellos.
Uno de los títulos de María es Desatador de nudos. Nudos, aquí, significa problemas. Todos tenemos problemas con nudos en nuestras vidas. La Virgen puede ayudarnos, desea sinceramente ayudarnos, pero espera que se lo pidamos. ¿Qué tipo de problemas podemos tener? Muchos. Algunos de ellos pueden ser los tuyos: problemas dentro de tu familia o con la familia extensa, problemas en el trabajo con un jefe o un compañero, dolores de cabeza financieros, tal vez incluso un problema de salud -el tuyo o el de un miembro de la familia-. Mira tu vida y pídele a la Virgen que te ayude a ver el problema más grande que estás viviendo en este momento. Habla con la Virgen sobre esto. Por su intercesión, Jesús convirtió el agua en vino en Caná. Ella puede interceder por ti ante Jesús para que convierta tu agua (problema) en vino (una solución al problema).
4. Los milagros pueden ocurrir.
Este fue el primer milagro que realizó Jesús y fue gracias a la presencia e intercesión de María. Gracias a este poderoso milagro, la fe de los Apóstoles en Jesús se fortaleció. Pídele a la Virgen que fortalezca tu propia fe en Jesús cada día. La fe es creer en Jesús realmente presente en nuestras vidas sin verlo. Reza para que nunca pierdas la fe. Reza para que crezcas en tu fe cada día. Reza para tener la gracia de poder compartir tu fe con otros que han perdido su fe o que nunca la han tenido. ¡Una de las mejores maneras de crecer en nuestra fe es compartirla generosamente con otros!
5. El matrimonio y el noviazgo
Este pasaje bíblico tuvo lugar en el contexto de un matrimonio. El Ven. Arzobispo Fulton J. Sheen escribió un libro llamado «Tres para casarse» – ¡un gran libro para leer si estás contemplando la vida matrimonial e incluso si ya estás casado! Si estás casado, no te sorprendas si a veces descubres que tu amor disminuye. Acude a María. Ella le pedirá a Jesús que esté presente en su matrimonio y convierta su agua en vino, para que su amor mutuo crezca y siga creciendo con el paso de los años. Si eres soltero y te sientes llamado a la vida matrimonial, es muy importante que reces para que Dios te ayude a elegir a la persona adecuada, una que comparta tu vida contigo y te ayude a llegar al cielo. Esta será, con mucho, la decisión más importante de toda tu vida.
Ahora imagina que estás sentado frente a Jesús y María en este maravilloso banquete de bodas. Contempla los ojos, los rostros y la belleza de Jesús y María. Para los que están casados, pedid a María y a Jesús la gracia de vivir vuestra vocación matrimonial con gran amor a Dios, al otro y a los hijos que Dios os envíe. Si todavía estáis discerniendo vuestra vocación, pedid a María y a Jesús la gracia de saber cuál es vuestra vocación en la vida y de seguirla fielmente hasta que lleguéis sanos y salvos al cielo. Amén.