Memoria de San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
MARTES, 7 de diciembre Mt. 18, 12-14 «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se extravía, ¿no dejará las noventa y nueve en el monte e irá en busca de la extraviada?»
Se cuenta que una Navidad, el Niño Jesús le preguntó al gran Doctor de la Iglesia, San Jerónimo: «¿Qué me vas a regalar por Navidad?». El buen santo pensó en cosas para regalar al Niño Jesús. ¿Sus trabajos de traducción de las Escrituras al latín? «No, inténtalo de nuevo». ¿Sus comentarios sobre la Biblia? «No, inténtalo de nuevo». Sus enseñanzas sobre la vida moral cristiana, ¿eso debe ser? De nuevo el Niño Jesús dijo: «No, otra cosa». En ese momento, San Jerónimo dijo: «No sé qué puedo darte». El Niño Jesús respondió: «Dame tus pecados».
El Niño Jesús quiere que le demos nuestros pecados en esta Navidad. Haciendo la mejor confesión de nuestra vida. En esta última de nuestra trilogía de meditaciones sobre el Sacramento de la Confesión, el P. Ed saca a la luz lo que probablemente sea el punto débil de la mayoría de nosotros a la hora de confesarnos. Esta meditación, si se toma en serio y se pone en práctica, puede ayudarnos a sustituir los pecados repetitivos por virtudes florecientes.
EL SECRETO PARA HACER MEJORES CONFESIONES SACRAMENTALES: ¡FIRME PROPÓSITO DE ENMIENDA! Por el P. Ed Broom, OMV
Dios nos comunica su gracia a través de Jesucristo, su Cuerpo Místico que es la Iglesia. Los Sacramentos son los principales canales por los que Jesús nos santifica, nos hace santos. Sin embargo, y esto hay que subrayarlo, la abundancia de la gracia o la falta de la misma es proporcional a la disposición del destinatario.
LA GRACIA DISPOSITIVA EN LA TEOLOGÍA SACRAMENTAL. Para recoger la cosecha más abundante en la recepción de los Sacramentos, hay que tener un conocimiento firme de lo que significa realmente la Gracia Dispositiva. En concreto, la gracia dispositiva significa que cuanto más abierta, dócil, pura, receptiva y humilde sea el alma, más abundantes serán las gracias.
UNA IMAGEN SENCILLA. El sol pasa a través del cristal de una ventana cuando se abren las cortinas. Sin embargo, si el cristal de una ventana ha sido manchado o ensuciado por la suciedad, la abundancia de los rayos del sol será bloqueada, al menos parcialmente. Esa ventana limpiada con Windex y un periódico seco dará como resultado una ventana pura y transparente y la luz del sol penetrará e impregnará la habitación en abundancia. Lo mismo ocurre con el alma: un alma pura y transparente captará y absorberá la abundante luz de las gracias de Dios en la recepción de los Sacramentos.
LA CONFESIÓN Y LAS ABUNDANTES GRACIAS DE DIOS. El medio normal y más eficaz por el que podemos recibir la Misericordia Infinita de Dios es a través de la recepción digna del Sacramento de la Confesión, también conocido como el Sacramento de la Reconciliación, el Sacramento de la Misericordia Infinita de Dios. Sin embargo, hay que subrayar, el sentido de este breve ensayo es el siguiente: la abundancia de las gracias de todos los Sacramentos, y más concretamente de la Confesión, está en proporción directa con la disposición y la preparación que se hace antes de entrar en el Confesionario.
LOS CINCO PASOS INDISPENSABLES. Hay cinco pasos indispensables para recibir la gracia del perdón en el Sacramento de la Confesión: 1) Examen de conciencia; 2) Dolor por los pecados, 3) Firme propósito de enmienda, 4) Confesión de los pecados en voz alta al sacerdote, que representa a Cristo; 5) Penitencia: cumplir la penitencia dada por el sacerdote. Si se hace asi, la gracia del Sacramento fluye en el alma.
COMENTARIO Y ADVERTENCIA PASTORAL. Como sacerdote desde hace muchos años y habiendo escuchado miles de confesiones en varios países, quisiera hacer este comentario con el propósito de animar a los penitentes a acercarse a este gran Sacramento con confianza, amor, seguridad y frecuencia. Sin embargo, con el fuerte estímulo de analizar uno de los cinco pasos o aspectos del Sacramento: el 3º Paso: Propósito Firme de Enmienda.
SIGNIFICADO: Propósito Firme de Enmienda. Estas pocas palabras significan lo siguiente: como penitente al recibir el Sacramento de la Confesión, me esforzaré con la ayuda de la gracia de Dios y con toda la energía de mi voluntad para evitar la ocasión cercana del pecado. Es decir, no jugaré con fuego. O también, no caminaré sobre hielo delgado o sobre la pendiente resbaladiza que lleva a una caída. Evitaré cualquier persona, lugar, cosa o evento que pueda llevarme fácilmente a caer en el pecado. Utilizaré la medicina preventiva para procurar evitar la enfermedad moral del pecado.
Ofrezcamos algunas sugerencias concretas sobre cómo podemos aumentar o mejorar nuestra recepción del Sacramento de la Confesión, aumentar la gracia en nuestra alma -incluso permitir que la gracia de Dios caiga en un diluvio sobre nuestra alma, y lo más importante, superar la caída en los mismos pecados una y otra vez.
1. IMAGINAR QUE ESTA ES NUESTRA ÚLTIMA CONFESIÓN, Y LUEGO EL JUICIO. Este pensamiento puede tener un valor incalculable: trata de imaginar que esta Confesión puede ser la última de tu vida y que luego viene el Juicio. Sin duda, con este pensamiento en mente, tu preparación mejorará al 100%.
2. EXAMINAR A FONDO NUESTRA CONCIENCIA. Esfuérzate por hacer un examen de conciencia más exhaustivo con la ayuda de un folleto guía que explique los Diez Mandamientos con todo detalle. Los que se han alejado de la Iglesia durante años y no han estudiado su fe, casi seguro que no conocen los Mandamientos y tienen una conciencia mal formada.
3. ANOTAR LOS PECADOS. De gran utilidad para nosotros como penitentes sería la de escribir nuestros pecados. Si se hace, los pecados no se olvidarán ni se saltarán en el contexto de la Confesión. La Gracia Sacramental de la Ordenación otorga al sacerdote la capacidad de absolver y perdonar los pecados, pero no de leer la mente.
4. REBOBINAR LA PELÍCULA DE NUESTRA VIDA Y DETECTAR NUESTROS PECADOS. Incluso antes de escribir tus pecados, debes rebobinar la película de tu vida desde tu última confesión y ver tus pecados con gran honestidad, sin pasar por alto los pecados, ni justificar los pecados, ni racionalizar los pecados: esto es orgullo. Intenta ver tus pecados a través de los ojos de Dios con total honestidad y verdad.
5. LAS RAZONES ANTERIORES QUE NOS LLEVARON A CAER EN EL PECADO. Ahora bien, lo que es de primordial importancia en este breve ensayo destinado a mejorar tus confesiones, es llegar a las causas profundas o razones que te llevaron a tus pecados, y posiblemente lo que te ha llevado a caer en los mismos pecados en el pasado. Este conocimiento de uno mismo es de enorme importancia para ayudarte a no volver a caer en los mismos pecados, en las mismas trampas que has caído en el pasado.
6. DESOLACIÓN. En general, apoyándonos en la sabiduría de los santos, especialmente de San Ignacio de Loyola, el estado de desolación suele ser un desencadenante o catalizador clave que puede catapultarte fácilmente al fango del pecado. Por desolación se entiende básicamente que te sientas triste y deprimido, que tengas una sensación de inutilidad y falta de propósito en la vida. Por lo tanto, inmerso en tal estado, debes redoblar tus armamentos espirituales para luchar contra las tentaciones subsiguientes.
7. CRIPTONITA (la debilidad de Superman). El diablo se aprovechará de este estado de debilidad de tu alma en la desolación para lanzar sus misiles, manipular y maniobrar contigo y tentarte a pecar, y a volver a pecar, ¡sobre todo donde eres más débil! ¿Cuáles son tus puntos débiles?
8. AUTOCONOCIMIENTO DEL PASADO PARA EVITAR LOS PECADOS EN EL PRESENTE Siendo consciente de haber resbalado y caído en el fango de tus pecados en el pasado debido a un estado de desolación, debes permitir que se ponga en marcha el concepto ignaciano de Agere Contra-esto significa que en lugar de sucumbir al pecado, haz deliberadamente lo contrario. En lugar de comer en exceso, practica la templanza. En lugar de capitular a la impaciencia, sé doblemente paciente con las personas que te rodean. En lugar de rendirte a la pereza, sal de la cama 15 minutos antes. En lugar de mirar algo impuro, contempla a Jesús en la cruz con su Madre María al pie de la misma. Viviendo el Agere Contra-haciendo exactamente lo contrario, ¡se puede ganar la victoria!
9. ORACIÓN, PENITENCIA, PODER DE DETERMINACIÓN, MEDICINA PREVENTIVA.
Esta es la clave para confesarse mejor, concretamente en la realización del tercer paso tener un firme propósito de enmienda. La clave es la Oración (en Ingles Prayer), la Penitencia, el Poder de la Voluntad y la Medicina Preventiva. Veamos esta serie de palabras con la letra «P».
a) ORACIÓN (PRAYER). En primer lugar, por Oración se entiende que incluso antes de entrar en el confesionario te esfuerzas por hacer un ferviente Acto de Contrición. En esta oración ya eres consciente de tus debilidades y pecados pasados, así como de lo que ha precedido a estos pecados.
b) PENITENCIA. En segundo lugar, añadirás a la oración ferviente, un acto de Penitencia, también antes de entrar en el confesionario. Puede ser una pequeña penitencia. No es el tamaño de la penitencia lo que importa, sino el amor y la sinceridad con que la ofrezcas.
c) PODER DE DETERMINACIÓN. En tercer lugar, haz un acto de voluntad realmente firme: una determinación decidida de no volver a pecar. A esto le llamamos también firme propósito de enmienda.
d) MEDICINA PREVENTIVA. En cuarto lugar, recurrir con frecuencia al Sacramento de la Confesión, que no sólo es medicina y curación para los enfermos del alma, sino también Medicina Preventiva. Si se hace bien, no sólo se perdonan los pecados, sino que el Sacramento confiere la GRACIA de no volver a caer tan fácilmente en el pecado. Así, los pecados habituales del pasado se verán muy disminuidos. Es decir, se recurre en primer lugar a la gracia de Dios, pero en segundo lugar, y de gran importancia, se hace la propia parte con buena voluntad mediante la confesión frecuente.
10. NUNC CAEPI-¡AHORA COMIENZO! A pesar de nuestros buenos esfuerzos, podemos caer. Si esto sucede, debemos esforzarnos por recuperarnos lo antes posible, y luego esforzarnos con la ayuda de la gracia de Dios, y un compromiso aún más firme, para luchar contra el pecado. Como nos recuerda el salmista «Dios es lento para la ira, pero rico en misericordia». (Sal. 145,8) Esto se refiere al pecado y al sacramento de la confesión. «Aunque me caiga mil veces al día, mil veces me levantaré de nuevo y diré Nunc Cœpi: ahora empiezo». (Ven. Bruno Lanteri. Fundador de los Oblatos de la Virgen María)
11. COMUNIÓN Y CONFESIÓN. Otra ayuda añadida para mejorar nuestra Confesión es conectarla con la Comunión. Con esto se quiere decir que, cuando recibas la Sagrada Comunión, ruegues al Sagrado Corazón de Jesús que te ayude en tu debilidad, en tu lucha, en tu combate contra el pecado. Suplicad al Señor Eucarístico que os fortalezca cuando seáis débiles y estéis tentados, y Él correrá rápidamente en vuestra ayuda. Los dos sacramentos -la confesión y la comunión- están íntimamente relacionados.
12. NUESTRA SEÑORA REFUGIO DE LOS PECADORES Todos los santos están de acuerdo en que María es la más poderosa en nuestra lucha contra el pecado. Antes de recurrir a la confesión, pongamos nuestra confesión en las manos y en el Corazón Inmaculado de María, y supliquémosle muy fervientemente cada vez que nos confesemos con el sacerdote que nos haga la mejor confesión de nuestra vida, y también que nos ayude a actualizar nuestro firme propósito de enmienda. Supliquemos a María que nos ayude a evitar cualquier persona, lugar, cosa o circunstancia que pueda sumirnos en el fango de la fealdad, que es el pecado. Que elijamos más bien la belleza, que es la virtud. «Oh María, concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti».