Memoria de San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
MARTES 14 DE DICIEMBRE Mt 21, 28-32 Verso de aleluya «Ven, Señor, no te demores; perdona los pecados de tu pueblo».
El Evangelio de hoy trata del arrepentimiento. El hijo que se negó a trabajar en la viña, se arrepintió e hizo lo que su padre le pedía.
San Ignacio de Loyola nos dio una herramienta espiritual que podemos utilizar a diario para sorprendernos a nosotros mismos en el acto de rebelión y así volver a dirigir nuestro corazón a Dios. De este modo, nos ayuda a pecar menos gravemente y con menos frecuencia.
El Padre Ed nos da una explicación magistral de esta poderosa herramienta espiritual.
EL EXAMEN DIARIO IGNACIANO: ¡UN PUENTE SEGURO HACIA LA SANTIDAD! Por el P. Ed Broom, OMV
San Ignacio insistía en no descuidar nunca el Examen Diario. Por ningún motivo este gran santo justificaría saltarse y descuidar esta importantísima oración. A partir de ahora, ¿por qué no te propones hacer tu propio Examen Diario personal? Si se hace, los frutos son innumerables y las bendiciones copiosas, una herramienta indispensable para erigir una estructura sólida para una vida de auténtica santidad.
En este breve ensayo destacaremos y explicaremos brevemente los cinco pasos clásicos para hacer el Examen Diario. Luego, como medio de motivación, destacaremos algunas de las bendiciones que descenderán sobre ti en tu vida espiritual.
Si lees ensayos, escritos, artículos e incluso libros sobre este tema, el orden y las palabras varían, pero el concepto nunca cambia. El elemento clave es que el Examen Diario debe ser propuesto por todos los que tienen buena voluntad y puesto en práctica. ¡Vamos!
LOS CINCO PASOS CLÁSICOS DEL EXAMEN DIARIO IGNACIANO
1. RECORDAR LA PRESENCIA DE DIOS. Primer paso. Toda oración auténtica comienza por recordar la presencia permanente de Dios. Nunca estamos lejos de Dios, y Dios nunca está lejos de nosotros. San Pablo, citando al poeta griego, lo expresa así «En Él vivimos, nos movemos y existimos». (Hechos 17:28) Por tanto, comienza tu Examen Diario recordando suavemente la presencia de Dios, que todo lo habita y todo lo impregna. Dios está presente en todo momento, en todo lugar, en todas las circunstancias y en todos los acontecimientos. Incluso cuando nuestra vida parece una noche oscura del alma, Dios está tan presente como el sol que brilla a mediodía. Además, nuestro Dios es un Padre amoroso que siempre desea lo mejor para sus hijos. Por lo tanto, debemos responder con confianza, seguridad y amor.
2. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO; ¡SU AMOR ES ETERNO! (Sal. 136:1) Segundo paso. San Ignacio insiste en la importancia de la gratitud. Todos debemos cultivar una actitud de gratitud. San Ignacio afirma que la esencia misma del pecado es la ingratitud, es decir, la falta de agradecimiento a Dios de corazón. Con toda humildad, todos los dones que tenemos en nuestra vida -intelectuales, deportivos, artísticos, espirituales, sobrenaturales, etc.- son regalos del Padre de todos los dones. Por lo tanto, rebobina la película de tu vida desde tu último Examen Diario para ver con qué has sido dotado y permite que tu corazón se expanda en un desbordante acto de agradecimiento. En una palabra, todo lo que tenemos (excepto nuestros pecados -los que elegimos voluntariamente y Dios permite-) son regalos gratuitos de nuestro Padre Celestial, que todo lo da. En efecto, Dios ama un corazón agradecido y está listo y dispuesto a colmar los corazones agradecidos con más y más bendiciones. ¡Cuánto sufrió Jesús cuando después de curar a diez leprosos, sólo uno volvió a darle las gracias!
3. RUEGA A DIOS QUE ENVÍE EL ESPÍRITU SANTO PARA VERTE COMO DIOS TE VE. El tercer paso en tu Examen Diario es rogar por el Don de los Dones, el Espíritu Santo para que arroje luz sobre tu intelecto, para ayudarte a recordar tu día pasado para ver la totalidad de cómo viviste ese día. La humildad es la verdad, y quieres suplicar con toda honestidad para ver lo que has hecho en el día, pero incluso más allá de tus acciones exteriores, quieres suplicar la gracia de ver tus intenciones interiores. Nunca debemos olvidar que el hombre ve la superficie, lo meramente exterior, pero Dios puede leer nuestros corazones y hasta nuestras intenciones más ocultas.
4. GRATITUD Y ARREPENTIMIENTO. Cuarto paso. Durante el Examen, como se ha señalado anteriormente, lo más probable es que te des cuenta de la increíble bondad de Dios y de los muchos regalos que te ha hecho en el día anterior; da gracias de nuevo a Dios por sus bendiciones. Sin embargo, con toda sinceridad y verdad, el Espíritu Santo también te señalará algunos de tus pensamientos, palabras y acciones, e incluso algunas intenciones, que estaban fuera de lugar y no agradaban a Dios. Sólo Dios es perfecto y la Biblia nos enseña que el justo cae siete veces al día. Sé consciente de estos fallos morales y pide perdón.
5. RESOLUCIÓN, RECONCILIACIÓN Y RENOVACIÓN. Quinto paso. El último paso apunta al futuro. Con una aguda conciencia del infinito amor de Dios por nosotros y de su infinita bondad al darnos tanto, pero también conscientes de nuestra propia debilidad humana, nos proponemos amar más a Dios cada día a partir de ahora, y evitar cualquier persona, lugar, cosa o circunstancia que pueda apartarnos del camino del verdadero discipulado del Señor. En otras palabras, el Examen Diario aumenta nuestra conciencia y nuestro autoconocimiento y esto puede servir de medicina preventiva. Si sabemos dónde está el escollo en nuestro camino, podemos esquivarlo, saltarlo o recorrer un camino diferente. Los Padres del desierto insisten en este axioma de dos palabras: ¡¡¡CONOCERSE A SÍ MISMO!!!
¡AHORA LOS BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DEL EXAMEN DIARIO, que son incalculables! ¡Mencionaremos sólo tres!
1. LA CONCIENCIA CONSTANTE DE DIOS Y LA ORACIÓN. Si el Examen Diario se hace con fidelidad, es decir, a diario, con trabajo y buena voluntad seremos cada vez más conscientes de la presencia amorosa de Dios en nuestras vidas. Dios no es una figura lejana, etérea y mítica del pasado. En nuestro Examen diario, Él se vuelve más real para nosotros. En verdad, nunca estamos solos. Dios se hizo hombre, Jesucristo, para sufrir y morir por nuestros pecados, y resucitar a la vida eterna. Es a esta vida a la que nos llama. Si quieres, Él se convertirá en tu mejor amigo, siempre a tu lado. Quiere que compartas con Él cada momento de tu existencia. Haciendo esto, pecaremos menos. Santa Teresa de Ávila afirma que una de las principales razones del pecado es ser ajeno a la presencia omnipresente de Dios.
2. EVITAR LAS TRAMPAS Con una conciencia más aguda de las intenciones y movimientos de nuestro corazón, que es como un jardín que tiene tanto flores hermosas como malas hierbas, podemos evitar ceder a nuestras malas tendencias. Cuando el mal espíritu llama a la puerta de nuestro corazón, ¡debemos cerrar la puerta con llave! Muchos pecados se cometen por la debilidad de la voluntad, pero también por la ignorancia de quien llama a nuestra puerta. El Examen Diario aumenta nuestra conciencia de las tácticas del enemigo, así como el autoconocimiento de nuestras debilidades, ¡dos componentes clave para crecer en santidad!
3. COMPASIÓN HACIA LOS DEMÁS. El Examen Diario es como iluminar nuestro corazón, nuestra alma y el funcionamiento interno de nuestra conciencia. Nos damos cuenta de lo bueno y amoroso que es Dios en realidad. Sin embargo, con una conciencia penetrante, nos damos cuenta de lo débiles que somos a veces, y de lo propensos que somos a resbalar y caer en el fango de nuestra propia pecaminosidad. Este agudo autoconocimiento puede ayudarnos a ser más amables, pacientes y compasivos con nuestros hermanos y hermanas que luchan. Si Dios es paciente con nosotros, ¡cuánto más debemos serlo nosotros con los demás! Dios permite lo que es malo para sacar un bien mayor del mal -¡la caridad es el mayor bien de todos!
Para terminar, determina ahora hacer la oración del examen diario. No debería tomar más de 15 a 20 minutos. Si te saltas un día, empieza de nuevo, vuelve a empezar al día siguiente. Al hacerlo, tu amistad con Cristo crecerá, ¡y encontrarás más paz y alegría en tu vida!