La primera institución del mundo ordenada por Dios es la familia. Hay numerosos términos sobre el ámbito familiar, el Concilio Vaticano II define a la familia como «la Iglesia doméstica», o sea, la Iglesia en miniatura. El Papa San Juan Pablo II afirmó que la familia es la célula básica y el cimiento de la sociedad. Asimismo, afirmó que la sociedad seguirá el camino de la familia. A lo largo de la historia del mundo se ha puesto de manifiesto la primacía de la familia, así como su desintegración, de modo que cuando la familia se derrumba, la sociedad acaba decayendo y desintegrándose.
Dada la sublime e indispensable importancia de la familia, señalemos una serie de diez pasos concretos a seguir para sostenerla, apoyarla, defenderla y protegerla contra los constantes asaltos que sufre esta institución básica dada por Dios. En una palabra, el futuro del mundo, de nuestro país, de nuestra sociedad, de la Iglesia y del futuro de nuestros hijos depende de la familia, o sea, de la Iglesia doméstica. Procuremos todos y cada uno de nosotros aportar nuestro grano de arena para la santificar y robustecer la familia.
PROGRAMA DE DIEZ PASOS PARA FORTALECER LA FAMILIA: LA IGLESIA DOMÉSTICA.
1. EL SANTO MATRIMONIO.
En la sociedad secular moderna, desgraciadamente, se está convirtiendo en una verdadera plaga el hecho de que muchos jóvenes viven juntos en unión libre, cohabitando o con una unión civil sin recibir el Sacramento del Santo Matrimonio. El Sacramento del Santo Matrimonio, bien recibido y vivido, confiere a la pareja casada la gracia sacramental específica para ayudarles a crecer en el amor mutuo, a ser fieles el uno al otro, a abrirse a la vida para tener hijos y a educar a sus hijos en el temor del Señor y en el amor a Dios y a todo lo que Él desea para nosotros. Sin el Sacramento del Santo Matrimonio, como dijo Jesús, es como construir una casa sobre la arena. (Mt. 7). Golpeada por el viento, la casa -esta unión ilícita- se derrumbará y se desmoronará.
2. ORACIÓN EN FAMILIA.
Es de vital importancia la oración para la santificación del núcleo familiar. El célebre sacerdote del Rosario, el Padre Patrick Peyton, dio inicio a una cruzada del Rosario destinada a la salvación de la familia. Se propuso motivar a las familias a rezar el Rosario con el conocido proverbio: «La familia que reza unida permanece unida». Ese hombre de Dios, amante de María y del Rosario, logró reunir entre 2 y 3 millones de personas en Filipinas, exhortándolas a rezar el Rosario por la salvación de sus familias y de la toda la sociedad.
3. LA VIDA SACRAMENTAL.
La pareja no sólo debe recibir el Sacramento del Santo Matrimonio, sino que la familia debe vivir su fe católica mediante la recepción de los Sacramentos de forma frecuente, ferviente y llena de fe. Sobre todo, la familia debe asistir a la Santa Misa, todos los domingos, y recibir la Santísima Eucaristía, el sublime Sacramento del amor del Sagrado Corazón de Jesús. Dios es amor y el amor de Dios se derramará en la familia a través de la Santísima Eucaristía.
4. FAMILIA ABIERTA A LA VIDA.
Años atrás, nuestros antepasados se casaban y anhelaban la llegada de los hijos que Dios les mandara, incluso aunque se tratase de una familia numerosa. Hoy en día hay se ha extendido una mentalidad anticonceptiva en toda la sociedad. Esto se traduce en que las parejas se casan y dicen «veamos cómo podemos evitar tener hijos». Esa mentalidad contra la vida se manifiesta con gran frecuencia en el uso de la anticoncepción en sus distintas modalidades. El primer mandato de Dios en la Biblia fue: «Sed fecundos y multiplicaos». Cambiemos la corriente y fomentemos, con la ayuda de la gracia de Dios, la aceptación y la formación de familias más numerosas. En varios países predominantemente católicos, especialmente en Europa, los musulmanes optan por familias más numerosas que los católicos.
5. LA MISERICORDIA Y EL PERDÓN EN LA FAMILIA.
El resentimiento es uno de los enemigos más tóxicos y nefastos para la salvación de la familia. Desgraciadamente, muchos matrimonios, esposos y esposas, viven en un estado constante de riñas, peleas, palabras hirientes, ira, resentimientos y amarguras. Como es lógico, este veneno se extiende a la vida de los hijos. Por así decirlo, como el ácido es para el estómago, la falta de perdón y el resentimiento afectan al alma y a la familia. El ácido perfora el revestimiento del estómago y forma úlceras. La falta de perdón y los resentimientos pueden perforar y destruir la relación entre marido y mujer y la familia. Aprendamos a perdonar, no una ni dos veces, sino 70 y 7 veces. Como el poeta inglés Alexander Pope escribió de forma elocuente «Errar es humano; perdonar es divino». La clave del perdón es perdonar enseguida y recurrir a la oración para ganar la batalla desde el principio.
6. COMUNICACIÓN.
Una gran cantidad de familias sufren ante la falta de una comunicación abierta, habitual y natural. Si no existe este elemento básico de comunicación entre marido y mujer, la vida familiar de los hijos y de los hermanos padece heridas profundas. No es raro ver que los padres creen que pueden ganarse el afecto y el amor de sus hijos comprando lo que éstos quieren. Es más importante dar a los hijos tiempo que dinero.
7. LA HORA DE LA COMIDA: EL MEJOR MOMENTO PARA DIALOGAR.
El reto y el objetivo de papá y mamá es reunir a toda la familia, todos los días a ser posible, para la hora de la comida. Y aquí viene el gran reto: durante el transcurso de la comida (¡puede ser una mera media hora, ojalá sea mucho más larga!!) no debe haber aparatos electrónicos en la mesa. Es decir, nada de T.V., Radio, Tablet, Teléfono, Internet… Nada de esto para que la familia pueda estar con los demás y hablar, y escuchar y reír y gozar de la compañía del otro… Desde el más pequeño hasta el más grande, que haya libertad de expresión y escucha atenta. ¡Respeta y ama a cada miembro de la familia!
8. RENOVAR EL NOVIAZGO (ESPÍRITU DE LUNA DE MIEL).
Antes de casarse, la mayoría de las parejas solían pasar largas horas e incluso días con su futuro cónyuge. Salir a comer juntos, bailar los fines de semana, pasear por la playa, ver una buena película juntos, incluso retiros de fin de semana… todas estas actividades formaban parte del proceso de conocer al futuro cónyuge y de enamorarse. Lamentablemente, una vez casados, todas estas importantes actividades de acercamiento emocional se quedan al margen. Por lo tanto, para mantener los lazos de amistad, amor y crecimiento, la pareja casada debe salir, de vez en cuando, para estar a solas con el otro y así echar leña al fuego en su relación amorosa.
9. DOMINGO: EL DÍA DEL SEÑOR Y EL DÍA DE LA FAMILIA.
El Papa San Juan Pablo II en uno de sus documentos Die Domino (El día del Señor) hace hincapié en la importancia de redescubrir y rescatar la valoración del domingo, el día del Señor. El santo Pontífice afirma que el domingo debe ser el día para asistir al Santo Sacrificio de la Misa para alabar y adorar al Señor. Además, el Papa insiste en que también debe ser el día de la familia. Este día se pueden organizar y vivir actividades familiares. ¿Algunas actividades en familia? Comer juntos, actividades deportivas, excursiones y paseos por la naturaleza, juegos de mesa, ver juntos una buena película, hacer un picnic, rezar juntos, visitar a los ancianos y a los enfermos. El domingo es realmente el día del Señor y el día de la familia. ¡Vivámoslo!
10. LA VIRGEN MARIA Y LA FAMILIA
Para terminar, consagremos nuestras familias a la Santísima Virgen María, la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia, la Madre de todos y cada uno de nosotros y la Madre de nuestras familias. Consagremos nuestras familias al Corazón Inmaculado de María y al Sagrado Corazón de Jesús. Que todos los miembros de la familia lleven el Escapulario como signo de su consagración a María y recen el Santo Rosario. Que todas las familias encuentren su verdadero refugio y amparo en dos lugares: El Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María.