LAS DOS BANDERAS | EJERCICIOS ESPIRITUALES | 24 MAYO 2020

GRACIA A PEDIR:   Mayor conocimiento de si mismo.

SEGUNDO DÍA:  Las Dos Banderas (La Bandera de Cristo y la de Satanás).  Lea la HOJA sobre Las Dos Banderas

1. GRACIA A PEDIR. Conocimiento las tácticas del enemigo, Satánas, es el ‟enemigo de nuestra alma y nuestra salvación.”  Pida también la gracia de ser atraído por Cristo.  Nuestro más grande anhelo es ser aceptado y estar bajo la bandera de Cristo, nuestro verdadero Rey.

2. RADAR ESPIRITUAL/ANTENA ESPIRITUAL … Pidamos y roguemos a Dios que nos conceda la gracia de reconocer y distinguir las tentaciones o ‟malas ondas” del enemigo.  El demonio es nuestro enemigo mortal y busca tentarnos para que pequemos.  El demonio quiere hacernos esclavos del pecado y arrastrarnos al infierno.  El diablo quiere que pequemos en esta vida para sufrir en el infierno la perdida eterna de Dios.

 3. ¿QUIÉN ES EL DIABLO?  Hay diversos nombres en la biblia para el diablo.  Estos son algunos:  Satanás, demonio, Lucifer, el Padre de la mentira, asesino desde el principio.  También en Génesis 3 se le llama la serpiente antigua y el Príncipe de este mundo.  Jesús le llama Belcebú – que significa ‟el Señor de las moscas”.  Los santos también han acuñado nombres descriptivos para el diablo.  Santo Tomás le denomina según su función llamándole ‟el tentador”.  San Agustin se refiere a él con un nombre descriptivo e imperecedero – ‟un perro rabioso encadenado”.  Y por último, san Ignacio quién nos dio los Ejercicios le llama ‟el enemigo de nuestra naturaleza humana.”  No olvidemos, que Dios es infinitamente más poderoso que todo el poder del infierno.

4. COMBATE ESPIRITUAL.  Nuestra vida es un campo de batalla espiritual, así nos lo dice el Antiguo Testamento, es una lucha entre el bien y el mal hasta nuestro último aliento.  Con razón san Alberto Hurtado decía: ‟Hay dos lugares para descansar: el panteón y el cielo.”  Por mientras, luchemos la buena batalla, corramos la carrera, conscientes del premio que nos espera a los soldados victoriosos de Cristo.

5. CONÓCETE. Uno de los proverbios más conocidos en la vida espiritual, tomado de los Padres del desierto es, ¡CONÓCETE!  En la lucha contra los tres males – el diablo, el mundo y la carne – el auto conocimiento es fundamental.  Un destacado historiador dijo: ‟Quién no conoce la historia se condena a repetir los mismos errores.”  Apliquemos esto a la vida espiritual.  Si no somos capaces de ver nuestras victorias, nuestros fracasos y la forma en que somos tentados, caeremos en los mismos errores, ¡los mismos pecados!  San Ignacio repetidamente señala la importancia de conocernos a nosotros mismos ¡especialmente conocer la forma en que el diablo nos tienta!

6. KRIPTONITA.  Hemos meditado sobre los siete pecados Capitales.  Usted ha hecho su Confesión General.  Ya conoce cuáles son sus mayores debilidades, si podemos llamarle – ¡su ‟kriptonita”!  ¿Cuál es?  ¿Cuándo le tienta el diablo, en la mañana o en la tarde?  ¿Cuándo está sólo o con alguien?  ¿A qué hora del día está usted más propenso a caer?  ¿Cuándo le tienta más el enemigo?  En esta meditación de las DOS BANDERAS, pida la gracia de conocerse mejor a si mismo.  Porque solo así podrá ponerse el escudo de la fe, tomar el yelmo de la salvación y apagar todos los dardos de fuego del maligno – ¡su principal enemigo!

7. JESÚS EL MODELO.  Jesús fue semejante a nosotros en todo menos el pecado.  En efecto, Jesús fue tentado – lea Mateo capítulo 4.  En este Evangelio que leemos el primer domingo de Cuaresma, san Mateo nos presenta las tres tentaciones de Jesús y la victoria de Jesús contra el maligno.  ¿Cuáles fueron las armas espirituales que Jesús usó? 

• La oración.  La oración de Jesús duró 40 días – este es el tiempo que dura la Cuaresma.  Para vencer al enemigo, debemos ser más fieles que nunca a nuestra Hora Santa.  Jesús nos advierte: ‟el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.
•  Ayuno y penitencia. Jesús pasó estos cuarenta días haciendo oración y penitencia.  En otro pasaje Jesús dice: ‟Algunos demonios sólo pueden ser expulsados con ayuno y oración.»
• La Biblia/La Palabra de Dios. El diablo usó la Palabra de Dios para atacar a Jesús, pero Jesús lo refutó con el uso e interpretación correcta de la Palabra de Dios.  ¡Que Dios nos conceda más hambre y sed por la Palabra de Dios que por el pan físico!

8. REPASE LAS REGLAS DE DISCERNIMIENTO – #12, #13 y #14.  Repase estas en conjunto con Las Dos Banderas.   Lea y reflexione estas reglas y conózcalas.  Sería buena práctica leer y aprenderse las 14 Reglas de discernimiento, quizás no textualmente, pero por lo menos la esencia o el concepto de cada regla.  Tenga estas reglas siempre a la mano como si fuesen un radar espiritual o una antena espiritual para detectar las tentaciones del enemigo para así rechazarlas enérgicamente.  De esta forma podrá ser más dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo y escuchar su dulce voz en el fondo de su alma.  

9. ¡LO DEJO PARA MAÑANA!  El escritor C.S. Lewis nos presenta esta escena en Cartas del diablo a su sobrino.  Presenta a Satanás reunido con los otros diablos mayores opinando y planteando diversas maniobras para tentar, atrapar y esclavizar a las almas.  A uno de los diablos se le ocurre una idea y se la presenta a Satanás y a los demás demonios.  Dice el diablo: “Hagamos que la gente demore, que dilaten, que dejen para mañana todo propósito espiritual.”  En otras palabras, que se vayan a confesar mañana, que dejen el Rosario para mañana, que lean la Biblia mañana, que dejen su conversion para mañana, que vayan a Misa mañana – que lo dejen todo para mañana con el pretexto de que no hay prisa, la vida es larga y la vida está para disfrutarse.  Pregunta –  ¿Ha caido usted presa del diablo de la desidia? ¿Ha dejado usted su Hora Santa hasta la última hora del día?

10. NUESTRA SEÑORA Y EL DIABLO. En nuestra lucha contra el maligno y sus compinches, no olvidemos que Nuestra Señora está con nosotros.  El Libro del Génesis 3, 15, el primer libro de la Biblia, hace una profesía Mariana: Ella le pisará la cabeza a la antigua serpiente con su talón. Cuando seamos tentados, llamémos a la Santísima Virgen María y ¡encomendémonos a su poderosa intercesión!   ‟Jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Ti, implorado tu asistencia y reclamado tu socorro, haya sido abandonado de Ti.”. (La oración de san Bernardo, Acordaos) 

REGLAS DE DISCERNIMIENTO DE ESPIRITUS DE SAN IGNACIO…

LA DUODÉCIMA REGLA.  La duodécima. El enemigo se hace como mujer en ser flaco por fuerza y fuerte de grado. Porque, así como es propio de la mujer, cuando rińe con algún varón, perder ánimo, dando huida cuando el hombre le muestra mucho rostro; y por el contrario, si el varón comienza a huir perdiendo ánimo, la ira, venganza y ferocidad de la mujer es muy crecida y tan sin mesura: de la misma manera es propio del enemigo enflaquecerse y perder ánimo, dando huida sus tentaciones cuando la persona que se ejercita en las cosas espirituales pone mucho rostro contra las tentaciones del enemigo, haciendo el opósito per diametrum; y por el contrario, si la persona que se ejercita comienza a tener temor y perder ánimo en sufrir las tentaciones, no hay bestia tan fiera sobre la faz de la tierra como el enemigo de natura humana en presecución de su dañada intención con tan crecida malicia.

LA TERDÉCIMA REGLA. La terdécima. Asimismo, se hace como vano enamorado en querer ser secreto y no descubierto. Porque, así como el hombre vano, que, hablando a mala parte, requiere a una hija de un buen padre o a una mujer de buen marido, quiere que sus palabras y sus acciones sean secretas; y el contrario le displace mucho, cuando la hija al padre o la mujer al marido descubre sus vanas palabras y intención depravada, porque fácilmente colige que no podrá salir con la impresa comenzada: de la misma manera, cuando el enemigo de natura humana trae sus astucias y situciones a la ánima justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto; mas cuando las descubre a su buen confesor, o a otra persona espiritual que conozca sus engańos y malicias, mucho le pesa; porque colige que no podrá salir con su malicia comenzada, en ser descubiertos sus engańos manifiestos.

LA CUATUORDÉCIMA REGLA. La cuatuordécima. Asimismo se ha como un caudillo, para vencer y robar lo que desea; porque así como un capitán y caudillo del campo, asentando su real y mirando las fuerzas o disposición de un castillo, le combate por la parte más flaca, de la misma manera el enemigo de natura humana, rodeando, mira en torno todas nuestras virtudes teologales, cardinales y morales, y por donde nos halla más flacos y más necesitados para nuestra salud eterna, por allí nos bate y procura tomarnos.