Jacinta Marto nació el 11 de marzo de 1910 en Portugal, fue hija de Manuel y Olimpia Marto y prima hermana de Lucia de los Santos. Su hermano mayor, Francisco, nació el 11 de junio de 1908. Jacinta murió el 20 de febrero del año 1920 de pleuritis, ¡cuando solo tenía nueve años de edad! A pesar de su tierna edad, Jacinta, alcanzó la más alta cumbre de la vida espiritual; Jacinta es una de las santas más jóvenes de la Iglesia Católica.
Este ensayo presentará algunos de los mensajes de Fátima, mensajes que Nuestra Señora comunicó a Jacinta Marto más tarde; resaltaremos la importancia de estos mensajes con un breve comentario; son siete. Nuestro anhelo es que después de conocerlos, de reflexionar sobre ellos y de asimilarlos en la mente, el corazón y el alma, los podamos poner en práctica cada día. Es más, le exhorto, amable lector, a que los comparta con los demás. Porque en verdad, crecemos en nuestra fe cuando la compartimos con alegría y entusiasmo con otros. En si, ¡demos gratis todo cuanto hemos recibido gratis!
LOS MENSAJES DE NUESTRA SEÑORA A JACINTA
1.«Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne.»
Jesús dijo en las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los puros de corazón, porque verán a Dios” (Mt 5:8) Dada esta realidad, debemos reconocer las incontables tenataciones que plagan y arrasan a nuestra cultura y nuestra sociedad, a los jóvenes y también doncellas, los viejos junto con los niños; tentaciones que pueden poner en peligro su eterna salvación. Tengamos muy presente lo que nuestro claro, inequívoco y principal objetivo en la tierra – la salvación de nuestra alma para un día estar para siempre en el cielo con el Padre, Hijo y Espíritu Santo, con María, los los ángeles y los santos. El peligro de caer en pecados de la carne lo puede sucitar cosas como: la televisión, la radio, el cine, anuncios publicitarios, revistas, comerciales, modas inmodesta, círculos de reuniones sociales y fiestas y la más perniciosa, la presencia ubicua del internet ya sea en la computadora, tablet y teléfono móvil. Examine su conciencia para detectar dónde está al acecho el enemigo contra usted, su familia inmediata o sus parientes. Se reflexióna talvez verá que tendrá que hacer algunas modificaciones o cambios. ¡Jesús llama a todos a la conversión! Al inicio de su predicación Jesús llamó a la conversión: “Conviértanse, porque está cerca el Reino de Dios.” (Mc 1, 15)
2. “Se introducirán ciertas modas que ofenderán gravemente a Mi Hijo.”
¡Considere por un momento cómo se vestía la gente hace 50 o 100 años y como se viste ahora!!! ¡Qué contraste; como noche y día! la película Qué bello es vivir (It´s aWonderful life), película estadounidense protagonizada por James Stewart, compárela con las películas de hoy y juzgue usted. En Qué bello es vivir, la mujer se viste con modesta y qué respeto; en el contexto de la civilización del placer, la mujer ha llegado a ser un objeto, se usan y se descartan, como si fueran una lata de Coca Cola! ¡Acaso no sabe que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, sagrario viviente de Dios, al recibir la Santa Comunión somos santuario del Santísimo Sacramento, destinados a la gloria. Decía con llanto el Papa San León Magno, en su homilía el día de Navidad: “Reconoce oh cristiano tu dignidad”. Reconozcamos, pues, nuestra dignidad y nuestro destino; este conocimiento debería provocar un cambio radical en nuestra vida. ¿De dónde nace la dignidad del hombre? La dignidad de cada ser humano nace en el momento de nuestro bautizo, nos hacemos templos de la Beatísima Trinidad. ¿Cuál es nuestro destino? Llegar salvos y seguros a la patria celestial para estar en abrazo amoroso de la Santísima Trinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo! Igual, debemos de vestir de tal manera que glorificamos a Dios y edificamos a nuestro prójimo – a quien Dios también dotó con esta misma dignidad y está destinado para el cielo.
3 “Muchos matrimonios son malos; ofenden gravemente a Dios.”
Es triste decirlo, en muchos matrimonios hay discordia, riñas y peleas y terminan en divorcio y separaciones; y quienes sufren son los niños. El venerable arzobispo Fulton J. Sheen nos da la razón en su libro: Toma Tres para casarse, que por cierto, toda persona que está por casarse debería leerlo. ¿Cuáles tres? ¡El marido, la mujer y Dios!! Si la pareja no pone a Dios en el centro de su matrimonio, habrán problemas y dificultades en muy poco tiempo. Lo podemos resumir con las palabras del Sacerdote del Rosario, el P. Patrick Peyton: “La familia que reza unida, permanece unida.” Nuestra Señora de Fátima, cuyo título oficial es Nuestra Señora del Rosario, en cada una de las seis apariciones dijo a los pastorcillos y nos dice a nosotros, que RECEMOS EL ROSARIO. También dijo, que si el mundo no rezaba más, una peor guerra se desataría. Y qué pasó 20 años más tarde? Se desató la Segunda Guerra Mundial! Los esposos deben amar a sus esposas y a sus hijos, pero deberían amar primero a Dios! Las esposas deben amar a sus maridos e hijos, pero primero deberían amar a Dios! Si lo hace, habrá harmonía y la familia tendrá la base para tener una familia sana y fuerte y perseverará.
4. «El sacerdote debe ser puro, muy puro. No debe ocuparse de nada que no concierne a la Iglesia y las almas. La obediencia sacerdotal a sus superiores y al Santo Padre es algo que agrada mucho a Nuestro Señor.
Nuestra Señora transmite un mensaje muy claro a los sacerdotes respecto a estas dos virtudes y respecto a la vocación que debe abrazar con todo su corazón, mente, alma y fuerzas. (Lc 10) – pureza total de mente, corazón alma e intención y la indispensable virtud de la obediencia. Que tanto sacerdotes como obispos acojan, asimilen y vivan las palabras de Nuestra Señora de Fátima; respecto a la vocación y la misión para la que Dios los ha creado, nuestra Señora dice con claridad, el sacerdote deberá amar a la Iglesia y con amor insaciable, amar lo que Dios más ama – la salvación de las almas. Todavía resuenan en nuestros oídos el lema del gran sacerdote SAN JUAN BOSCO: “SEÑOR, DAME ALMAS Y QUÍTAME TODO LO DEMAS. Las últimas palabras de San Ignacio de Loyola al gran misionero san Francisco Javier igual resuenan fuertemente: “Id, e inflamad a todos”. En una palabra, Nuestra Señora añora ardientemente que los sacerdotes sean santos, que busquen enérgicamente la santidad de vida y la salvación de las almas por encima de todo!
5. «Ya nada puede detener la mano de la justicia de Dios del castigo justo contra el mundo por sus innumerables pecados.»
Meditemos dos reflexiones bíblicas que hacen paralelo a estas fuertes y tristes palabras de Nuestra Señora. La primera es el pasaje en donde Moisés se posó en la cima de la montaña donde se podía ver perfectamente la batalla entre los israelitas contra los amalecitas. Cuando Moisés tenía las manos elevadas, el ejército judió con encabezado por Josué, prevalecía. Pero, cuando Moisés bajaba sus brazos por el cansancio, el enemigo aventajaba. ¡Pero se les ocurrió una idea brillante! Hur y Aarón, que acompañaban a Moisés, decidieron sentarlo sobre una roca y ambos le sostenían y mantenían sus brazos en alto, los israelitas dominaban en la batalla hasta que derrocharlos. El segundo paralelo lo encontramos en el Diario de santa Faustina, La Divina Misericordia en mi alma, número 39; en este poderoso párrafo, Jesús dice que Él está a punto castigar la ciudad de Varsovia debido, que era las más bonita por sus pecados; pero debido a las oraciones de una persona – santa Faustina – Jesús vio con bondad y benevolencia la ciudad de santa Faustina y no la destruyó. ¿Qué podemos aprender de estos dos ejemplos? El poder de dos almas santas – Moisés y Faustina. ¡Jesús nos llama a cada uno a la santidad para frenar el castigo de Dios sobre el mundo entero!
Incluso podríamos añadir un tercer ejemplo: consideremos los brazos del sacerdote elevados en cada Misa. El santo Sacrificio de la Misa, es la perfecta oración, es el sacrificio mismo de Jesús que apacigua y retiene la justicia de Dios Padre sobre toda la humanidad. “Niña Mía, durante el sacrificio, únete estrechamente Conmigo y ofrece al Padre Celestial Mi Sangre y Mis Llagas como propiciación de los pecados de esta ciudad. Repítelo ininterrumpidamente durante toda la Santa Misa.” (Diario # 39)
6. «Dios bendecirá al país cuyo gobierno respete su santa Iglesia y la santa fe.
Estas palabras deberían motivarnos a orar mucho y fervorosamente por nuestros funcionarios políticos; el Presidente, el Vicepresidente, el Congreso, el Sendado, los funcionarios locales y todos los que han sido elegidos a ocupar cargos de servicio público de gobierno. De hecho, ellos ejercen mucho poder y serán juzgados con mayor severidad y mayor les exigirá. Primero que nada, debemos orar por los que tienen autoridad, para que defiendan los derechos de los inocentes – sobre todo, los derechos de los niños no nacidos. En una palabra, el mal del aborto sobrepasa todo mal y es el más grave. En la Declaración de Independicia de los Esta dos Unidos, nuestros Padres Fundadores instituyeron un régimen democrático y lo afirmaron redactando los derechos de cada ser humano dándonos la ley suprema de la nación. Los derechos en la Declaración de Independencia incluye tres derechos en una lista que los Padres Fundadores consideraron “inalienables”, y son: el derecho a vida, libertad y la búsqueda de la felicidad; estos derechos son la base. Santa Teresa de Calcuta comprendiendo con profundidad esta realidad, declaro que no habría paz mundial hasta que no defendamos los derechos de los más inocentes, los bebés no nacidos. El aborto es violencia contra los más pequeños y más inocentes. Si no se les defiende, ¡no habrá paz en el mundo!
7. «Dile a todos qué Dios comunica su gracia por medio del Corazón Inmaculado de María. Diles que pidan gracias a ella, y diles que Jesús desea que su Sagrado Corazón sea venerado con el Inmaculado Corazón de María. Diles que imploren a Dios que les de su paz por medio del Inmaculado Corazón de María; el Señor ha confiado la paz del mundo a Ella!»
Los corazones de Jesús y María palpitan en perfecta armonía. De hecho, María formó el Sagrado Corazón de Jesús en su vientre purísimo por nueve meses. María nunca obstaculiza nuestra unión con Jesús sino es puente que nos une a su Hijo. Las últimas palabras de nuestra Señora conservadas en la Sagrada Escritura en el relato de las Bodas de Caná fueron: “Hagan todo lo que Él les diga”. (Jn 2,5) Excelente y sabio consejo! Si tan solo lo pusiéramos en práctica. San Luis de Montfort nos recuerda: “María es el camino más rápido, corto y fácil para llegar a Jesús.” En una palabra, en medio de las pruebas, tormentas y tentaciones de cada día, podemos encontrar refugio en el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Como en el tiempo de Noé, cuando solo unas cuantas personas buscaron refugio en el arca, debemos encontrar refugio en el arca moderna, el Arca de la Alianza – esa Arca es María, es el Inmaculado Corazón de la Madre de Dios.
Además, en el Inmaculado Corazón de María encontraremos solo misericordia. Al concluir el rezo del santo Rosario, rezamos el Salve Reina, y decimos: “Dios de salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra…” De verdad, el deseo más grande y ardiente del Corazón Inmaculado de María es que el mundo rechace el pecado y diga SÍ y ame plenamente y totalmente el Sagrado Corazón de Jesús; imitemos al Inmaculado Corazón de María.
Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. ¡Inmaculado Corazón de María, sed nuestra salvación!
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