Jesús dijo que Él es la Luz del mundo y en el Sermón de la Montaña, dice que nosotros también estamos llamados a ser la luz del mundo y la sal de la tierra. Un faro quebrantado o sal que ha perdido su sabor sirven sólo para ser desechados. Tomemos nuestra luz de la fuente de toda luz – CRISTO JESÚS LA LUZ DEL MUNDO!
Hoy más que nunca, se necesitan hombres que brillen en medio de la densa nube de oscuridad que ha descendido sobre la humanidad. Una de las más grandes crisis actuales es la crisis por la cual está pasando el hombre.
El papa Juan Pablo II en su primera encíclica »Redentor Hominis» – Cristo el Redentor del hombre – señala la realidad que Cristo es quien nos revela quiénes verdaderamente somos. Es Jesús quien nos da nuestra identidad. Por su vida, sus palabras, sus obras, sus sufrimientos, su silencio e incluso su muerte en la cruz, Jesús nos señala el camino que un hombre de verdad debe seguir si quiere ser un hombre de verdad.
Las tendencias del mundo de la homosexualidad, la bisexualidad, el adulterio, la adición a la pornografía están esclavizando a muchos hombres hoy en día. Fijemos entonces nuestros ojos en Jesús y San José para nos conduzcan en el camino de la verdad.
Cómo puede el hombre vivir su vocación de ser un lucero brillante en medio de una densa nube de confusión moral y sexual? Delinearemos el camino!
1. GRACIA. Un hombre de Dios quien fija sus ojos en Jesús y san José como modelos, debe esforzarse por vivir en estado de gracia santificante. ¿Que significa gracia santificante? Significa que deben evitar a todo costo cometer un pecado mortal. Y si de hecho, se ha caído y se ha privado el hombre de vivir en estado de gracia deberá acudir al sacramento de la confesión sacramental para recuperar la gracia perdida antes de que baje el sol. Cuando se pierde la gracia, se pierde la luz de la gracia y la oscuridad se apodera y reina en el corazón, la mente y el alma del hombre.
2. CULTIVE SUS TALENTOS, TIEMPO Y TESORO – Las tres »T´s». Dios a dado al hombre tiempo, talento y tesoro. El verdadero hombre de Dios no desperdicia el tiempo porque el tiempo apremia. El tiempo corre, es efímero, el tiempo se va. Una vez que acaba el día, nunca vuelve. Todos tendremos que dar cuentas a Dios de lo que hicimos con el tiempo que nos dio. San Alfonso Ligorio hizo un voto de nunca perder tiempo. TALENTO. Dios a dado a todo hombre talentos, y estos talentos el hombre de reconocer con humildad, desarrollar con dedicación y compartir con generosidad. Los talentos que no se desarrollan se estancan y pierden. Hay un dicho que dice »Mejor gastado que oxidado». TESOROS. Nuestros tesoros no son para ser acaparados o almacenados sino para dar generosamente. San Pablo nos enseña: »Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.» E igualmente nos reta la beata Madre Teresa de Calcuta: »Dad hasta que duela.»
3. LA FAMILIA ES LA IGLESIA DOMÉSTICA. Aquellos hombres que han elegido la vocación del matrimonio deben estar perfectamente conscientes que su primera obligación y deber es a su familia. Por supuesto, Dios primero. Así es que el venerable Fulton J. Sheen lo enseñó en su libro Tres para casarse, los tres siendo le marido, su mujer y JESÚS. Jesús es el tercer y más importante integrante de la familia. Primeramente, un hombre de verdad cuya vocación es el matrimonio, debe amar a Dios sobre todas las cosas, después de Dios a su mujer y a sus hijos. Y este amor se concretiza en trabajar por su familia y ganarse el pan de cada día con el sudor de su frente (Gen 3). El hombre debe proveer y proteger a su familia. Además, el hombre de verdad se esmera aún más en casa para formar una familia llena de amor, paz, unidad y armonía. Tristemente, muchos hombres tienen la falsa noción y se han convencido que una vez que acaban su labor fuera de casa no tienen que hacer más. Pero no es así, es más bien todo lo contrario, la labor más importante le espera en casa. Para vivir plenamente su vocación de hombre y jefe de su casa, debe amar y brindarle atención a su mujer, debe ocuparse de todo lo que concierne a sus hijos. El hombre debe tomar como modelo al buen san José.
4. LA COMUNICACIÓN. Uno de los más grandes retos de nuestra sociedad es mantener abiertas las lineas de comunicación entre la familia. Las redes de comunicación social como el internet, la televisión, el i-phone, el teléfono blackberry, el tablet, mensajes de texto, radio y mucho más tienen gran alcance. Pero a la vez, se pueden transformar en vicios adictivos. Estos medios fácilmente nos pueden llegar a esclavizar. Y con esta esclavitud, nos encerramos en nuestro propio mundo y nos desconectamos de nuestra familia y nuestro mundo. Un hombre de Dios busca formas de siempre mantener abiertas las lineas de comunicación con su esposa y sus hijos. En una ocasión, un sacerdote muy conocido sugirió que de vez en cuando la familia debería alquilar una cabaña por una semana en una zona selvática y pasar tiempo juntos. Pero con esta condición, que se deje en casa todo aparato electrónico. Imagínense, la familia pasaría una semana junta para hablar, compartir, reirse juntos, y simplemente disfrutar del compañerismo, la amistad y la armonía de una familia amorosa! ¡No es mala idea! Fije el tiempo y el lugar, ¡y hágalo!
5. SACRIFICIO: ¡CARGUE SU CRUZ! En una sociedad que tiende a mimar, apapachar, consentir y promover la vida suave, al hombre se le puede emascular o hacer afeminado. Cuando llegan las dificultades, muchos hombres huyen de su cruz y buscan placeres momentáneos, o comodidades modernas, también llamados »el confort de las criaturas». Y muchos de estos placeros son placeres pecaminosos. Muchos hombres huyen de la cruz y buscan refugio en placeres pecaminosos. ¿Y cuál son estos dioses falsos que ellos adoran? La lista es larga, pero aquí van algunos: le dan rienda suelta a la bebida (»Es tiempo de tomarse un cerveza Miller»), la pornografía y el desenfreno, el uso de drogas, los clubes nocturnos, se involucran con mujeres provocativas, los casinos y la vida nocturna. Un hombre de verdad, un hombre varonil – que imita a Jesús y a san José – reconoce su cruz, abraza su cruz e implora la ayuda de Dios para cargar su cruz con valentía. Y esta cruz puede tomar diversas formas. Podría ser que su esposa es diagnosticado con cancer del mama, o un hijo metido en las drogas y el pandillerismo o quizás un situación económica difícil. Un hombre de verdad, en vez de recurrir a los vicios, con humildad recurre y confía en Dios que es su Roca y su seguridad.
ROGUEMOS: Pidamos a Jesús, nuestro Dios y Señor, el hombre perfecto, y recurramos a san José, un modelo para todo hombre, todo padre, todo esposo – que nos ayuden a caminar en sus pasos para poder ser verdaderas luces que disipan las tinieblas.
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