escucha para negar la existencia de Dios es el siguiente: «Si Dios es tan
bueno ¿por qué sufren personas inocentes?»
Un ejemplo podría ser lo que sucedió en Connecticut, en donde un joven
desquiciado irrumpió las clases en una escuela primaria, abrió fuego a los
alumnos, mató a 20 niños inocentes y otros adultos y acabó con su propia vida.
especialmente el sufrimiento de inocentes y de niños pequeños (de kinder y 1 º
año). Todos sufren a causa de esta
tragedia, el país y más allá del país, y por supuesto los padres sufren un
dolor y agonía inexplicable. A los
padres y familiares de estos niños ofrecemos nuestras oraciones y las
intenciones de las Misas. ¡Que el Dios la paz les de consuelo!
embargo, la respuesta trata intrínsecamente con el máximo e inviolable don que
Dios a dado a cada ser humano: ¡EL DON DEL LIBRE ALBEDRIO!
parte de los ángeles, abusaron del gran don de la libertad y decidieron dar la
espalda a Dios. Con la intervención de
san Miguel Arcángel y otros ángeles fieles y obedientes, Lucifer y estos
ángeles fueron expulsados del cielo y echados al foso ardiente del infierno en
donde sufrirán la pérdida eterna de Dios.
primeros padres. Conocemos bien la
historia bíblica de Adán y Eva tomada del tercer capítulo de Génesis. A nuestros primeros padres se les dio la
libertad de elegir; de obedecer o desobedecer a Dios. En verdad la libertad es muy peligrosa, pero
Dios nos la dio porque quiere que libremente se le ame. Si hubiésemos sido creados como robots, la
libertad no existiera ni la posibilidad de amar.
serpiente, Eva escuchó las palabras del seductor, quien es la serpiente
antigua, un asesino y mentiroso desde el principio (Jn. 8, descripción de Jesús
del Diablo). Ella escuchó al diablo,
entró en diálogo con él, fijó sus ojos en el fruto prohibido, le gustó lo que
vio, consintió, comió del fruto prohibido y luego lo compartió con su esposo
Adán. ¡Este es el PECADO ORIGINAL! Aunque todos nacimos con pecado original, y
después fuimos liberados de la mancha por el bautismo, seguimos padeciendo sus
efectos con una inclinación hacia el mal; Santo Tomás de Aquino le llama a esto
concupiscencia.
moral que exista en el mundo (es decir cualquier pecado) no se trata de la
acción de Dios, sino del libre albedrío que Dios nos ha dado y que permite que usemos
—mejor dicho, ¡que permite que «abusemos»!
que sufren, expresar gran compasión y misericordia, llorar con los que lloran
— Recordando las palabras de Jesús: «Dichosos los que lloran, porque
ellos serán consolados.» (Mt. 5:4)
un Padre amoroso. Dios es lento a la ira
y rico en misericordia. Jesús nos
presenta a Dios como un Padre amoroso quien espera pacientemente que su hijo
desobediente vuelva. Cuando su hijo
regresa, el Padre lo llena de besos, abrazos, un anillo nuevo, sandalias, un
manto nuevo, un festejo, un manjar exquisito y música alegre. (Lc.
15:11-32). El salmista dice de Dios:
»Gustad y ved qué bueno es el Señor.»
pensadores nos recuerda «Oh feliz culpa». Dios permite el mal para sacar de el un bien
mayor. Dios dotó a Adán y Eva con libre
albedrío, la libertad de elegir entre el bien y el mal. Como dicho anteriormente, ellos
«abusaron» de su libertad, en vez de usarla para dar gloria de Dios.
de la tragedia del pecado original saco un bien infinitamente mayor. Con el tiempo Dios Padre envió a su único
hijo Jesucristo nacido de la Virgen María.
Con su vida Jesús nos enseña y nos da un modelo que imitar. El misterio pascual es el culmen de nuestra
salvación. Jesús libremente aceptó el
sufrimiento en el Calvario que pareció ser una tragedia. Él permitió ser brutalmente clavado en la
Cruz por la salvación de toda la raza humana y por la salvación de cada uno de
nosotros individualmente. El culmen del
misterio pascual se consumió tres días después, en la gloriosa Resurrección de
Jesús de entre los muertos. «En
verdad el Señor ha resucitado de entre los muertos, ¡Aleluya!»
nuestros primeros padres, Adán y Eva, fue bondadosamente superado por nuestro
Padre Celestial al mandar a Jesús su Hijo unigénito, quien nos abrió las
puertas del cielo por toda la eternidad.
puede sacudir al grado de derrumbarnos.
A todos nos llegan sufrimientos e incertidumbres ya sea grandes o
pequeñas.
«amargue» sino nos haga «mejor» se resume de la siguiente
manera. Vemos en las escrituras que una
noche oscura Jesús caminaba sobre el agua, Pedro escuchó y obedeció la
invitación del Maestro y empezó a caminar sobre el agua también. Pero este apóstol en su fragilidad comenzó a
hundirse. ¿Por qué? ¡La razón es muy sencilla! El impedimento fue que Pedro se enfocó más
en el problema que en la Persona que podía resolver su problema. El agua fría, los fuertes vientos, la fuerte
marea — todo esto cautivó más la atención de Pedro que la persona de Jesucristo. En cuanto Pedro desprendió la mirada del
Maestro, se hundió.
que los problemas existen, quizás tenemos un problema en este momento o tal vez
nos espera algún problema mañana. La
clave y la solución está en no centrarnos en el problema, sino en el que nos
resuelve el problema, Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
sea, Señor mi fe es poca, fortalece mi fe.
En verdad, ¡la fe puede mover las más altas montañas!
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