el 1 de enero cuando comienza el nuevo año civil, y el primer domingo de
Adviento — que es cuando la Iglesia comienza su Nuevo Año Litúrgico. ¡Año nuevo, nuevo comienzo, futuro brillante!
la venida de Jesús, nuestro Señor y Salvador.
La palabra »Adviento» es del latín »Advenir» y se traduce como
»venida»; esperamos la llegada del Mesías.
proyecto depende de la preparación previa.
Para que una fiesta sorpresa de cumple años sea todo un éxito, es
necesario una buena preparación. Siendo
esto la norma, ¿acaso nuestra preparación para el nacimiento de Jesús no
debería ser con más esmero, más dedicación y más anhelo? Jamás ha habido una Persona que ha dejado
cambios tan impactantes en sólo 33 años como lo hizo Jesús. Entonces ¿qué cosas prácticas podemos hacer
nosotros, al igual que nuestra familia para prepararnos para la venida de
Jesucristo nuestro Señor? ¡Emprendamos
vuelo!
espiritualmente, como si fuera el último Adviento de nuestra vida; en verdad
podría ser porque no sabemos ni el día ni la hora en que el Señor nos
llamará. Él dijo que su llegada vendrá
como ladrón en la noche, ¡a la hora menos esperada! El despertador ha sonado: ¡Despertemos a la llamada del Señor! Tenemos solo una vida por vivir; ¡por qué no
vivirla intensamente! Como dijo san
Pedro Canisio cuando se le aconsejó que no se apresurara que descansara, su
respuesta fue: «En el cielo tendré toda la eternidad para descansar; Ahora
es tiempo de trabajar». Recuerde el
lema de san Benito: «Ora et labora». (Reza y trabaja)
Señor. La voz del Señor no se encontró
en el terremoto ni en la tormenta sino en la suave brisa. Se lee en el diario de santa Faustina, Diario de la Misericordia en mi Alma,
que para vivir el Adviento plenamente, santa Faustina se propuso guardar
silencio y recogimiento. El Santo Padre
Benedicto XVI en su visita a Estados Unidos visitó a los seminaristas en Nueva
York y les exhortó al silencio para escuchar la suave voz de Dios. Hoy nos bombardean tantos ruidos ajenos, nos
aturden y nos distraen de tal forma que nos impiden escuchar la voz del
Espíritu Santo.
nace del silencio. En el tiempo de
Adviento debemos formar el hábito de oración, fijando un lugar de oración y una
hora. Nuestra vida de oración debe
intensificar y prolongarse porque las gracias abundan en este tiempo de
Adviento como en la Cuaresma.
voluntad de nuestra parte es que podemos vencer el pecado, vencer los malos
hábitos que arrastramos por años y librarnos de vicios empedernidos. Es tan fácil caer en las garras del pecado y
convertirnos en esclavos; sólo déjate llevar por la dictada de tus pasiones. Jesús le llama al pecado: esclavitud. La oración es el antídoto indispensable para
contrarrestar cualquier pecado y en cualquier momento, lugar o circunstancia.
Meditemos lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre el poder
liberador y la fuerza de la oración.
es una necesidad vital. Igual de convincente
es viéndolo del punto de vista negativa:
Si no nos dejamos llevar por el Espíritu caemos en la esclavitud del
pecado. ¿Cómo puede el Espíritu Santo ser »vida nuestra», si nuestro corazón
está lejos de Él?
como la oración: hace posible lo
imposible, fácil lo que es difícil… Porque es imposible, absolutamente
imposible que el hombre que ora con fervor e insistencia y que incesantemente
invoca a Dios pueda pecar.
se salva ciertamente, quien no ora se condena ciertamente»
expulsan con la oración y el ayuno.
Jesús dio testimonio elocuente de esto orando y ayunando en el desierto
por 40 días. En 1917, nuestra Señora de
Fátima le dijo a los tres niños, Jacinta, Francisco y Lucía, la importancia de
la oración y de ofrecer sacrificios por la conversión de los pobres
pecadores. Cuando usted esté sentado a
la mesa, ¿por qué no hacer un pequeño sacrificio por amor a Dios y por la
conversión de los pecadores? Renuncie a
esa galleta, tome agua en vez de refresco gaseoso, no ponga condimentos a la
comida, o incluso trate de comer un poco menos—todos estos sacrificios
ofrecidos a Dios con gran amor pueden ser instrumentos para salvar almas. Santo Tomás de Aquino nos recuerda que ¡la
salvación de una sola alma vale más que todo el universo creado!
ADVIENTO. Asistir al Santo Sacrificio de
la Misa y comulgar con devoción es la máxima expresión de oración. ¿Por qué no
se propone este Adviento ir a Misa y
comulgar y traer a Jesús al máximo número de familiares: Jesús es Emmanuel,
¡Dios con nosotros! En verdad,
sacramentalmente todos los días puede ser Navidad, por que Navidad es el
nacimiento de Jesús y en la Sagrada Comunión ¡Jesús también nace en el fondo de
un alma piadosa! »¡Venid adoremos, a
Cristo nuestro Señor!»
mohoso y duro que era un refugio de animales. Podemos comparar nuestra alma con
este establo. Que tan agradable sería
para Jesús nacer en el establo limpio de tu corazón. ¿Por qué no limpiar las telarañas, el barro,
la tierra y el mal olor de tu »establo interior de Belen» —tu corazón y tu
alma — aplicadamente prepárate para hacer la mejor confesión de tu vida. Las palabras del profeta Isaías pueden en
verdad motivarnos: «Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán
blancos como la nieve.» San
Jerónimo con gusto le ofreció al niño Jesús muchos regalos para el día de su
nacimiento—libros escritos por él, oraciones y penitencias— todo era de
agrado a Jesús pero Jesús le respondió que le faltaba una cosa: ¡Dame tus
pecados! El nombre Jesús significa
«Salvador»; Él vino para salvarnos de nuestros pecados.
«Príncipe de Paz». San Francisco de Asís compuso la oración inmortal,
«Hazme un instrumento de tu paz».
En una de los 8 Bienaventuranzas Jesús dice «Bienaventurados los
que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.» (MT.
5:8). Si no has perdonado a alguien o guardas algún resentimiento o amargura,
hoy es el momento de practicar la virtud de la humildad y buscar la
reconciliación y paz con esa persona.
Jesús nos advierte que si estamos haciendo la ofrenda en el altar y
recordamos que tenemos algo en contra alguien, debemos dejar la ofrenda y
reconciliarnos primero y luego volver con nuestra ofrenda. «Señor, Hazme un instrumento de tu
paz.»
ardiente de ayudar a los pobres del mundo, de nuestra comunidad, parroquia y
familia. Recuerda las palabras de Jesús:
«Tuve hambre, sed, era forastero, estaba desnudo, enfermo y en la
cárcel… En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos
más pequeños, a Mí me lo hicisteis.» (Mt 25). Hay innumerables formas de ayudar a los
pobres. Pídale al Espíritu Santo que le
ilumine la mente para poder ver a Jesús en los pobres y para seguir su
inspiración. ¿Por qué no ser un buen
samaritano en el camino de vida?
navidad! María es el medio que Jesús
escogió para venir al mundo y para llevar acabo nuestra salvación en el
misterio Pascual—su pasión, muerte y resurrección. El Adviento es verdaderamente una temporada
Mariana. Las fiestas y solemnidades
litúrgicas Marianas no faltan en este tiempo.
El día 8 de diciembre, la Iglesia universal celebra la solemnidad de la
Inmaculada Concepción. «Oh María sin pecado concebida orar por nosotros
que recurrimos a vos.» La
Inmaculada Concepción es la patrona de los Estados Unidos. Además, 4 días después, la Iglesia celebra a
nuestra Señora de Guadalupe. Nuestra
Señora se le apareció 4 veces a Juan Diego en 1531 en México y le aseguró tal y
como nos asegura a todos nosotros que se preocupa por todos y nos ama con amor
maternal. ¿Por qué no renovar nuestro amor, devoción y afecto por María que es
Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra? Sin duda, el rezo del Santo Rosario es una
práctica muy amada por la Santísima Virgen María. En el tiempo de Adviento los Misterios
Gozosos toman un lugar de honor. ¿Por
qué no reunir a la familia antes de la cena alrededor del santuario familiar y
rezar el Rosario? «La familia que
reza unida permanece unida».
nacimiento de Jesucristo nuestro Señor y Salvador, esté llena de paz, júbilo y
santo, y que lo vivamos con gran fervor, devoción y celo ¡como si fuera la
última Navidad de nuestra vida! ¡Venid,
venid Emmanuel!
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